Educación

Ingeniería del tamaño de una lata

Arriba izq., alumnos del IES ROU trabajando en la estación terrena. Derecha, los dos grupos del Álvaro Cunqueiro. Abajo, los dos equipos del Acacias-Montecastelo.
photo_camera Arriba izq., alumnos del IES ROU trabajando en la estación terrena. Derecha, los dos grupos del Álvaro Cunqueiro. Abajo, los dos equipos del Acacias-Montecastelo.
Más de una veintena de alumnos de tres institutos de Vigo participan en el desafío CanSat, en el que deben construir un satélite a pequeña escala que transmita datos

Todavía no tienen la mayoría de edad, pero ya saben lo que es un trabajo de ingeniería. Una veintena de alumnos de tres institutos de Vigo (IES República Oriental de Uruguai, IES Álvaro Cunqueiro y Acacias-Montecastelo) ultiman su trabajo en el ‘desafío CanSat’, un reto lanzado por la Consellería de Educación en el que los escolares deben construir un satélite a pequeña escala –de hecho tiene que ir dentro de una lata de plástico– que se lanzará a la atmósfera con un dron y que, durante su descenso, debe transmitir datos de temperatura y presión atmosférica a la estación terrena que también deben construir.

 

 

Esto es, todo un desafío técnico para unos estudiantes de ESO y Bachillerato que, además, atrae a todo tipo de alumnado. Así lo refrendan Suso y Antón, responsables de los dos grupos del IES Álvaro Cunqueiro que competirán en este desafío el próximo mes de abril: “En nuestro proyecto participa alumnado del Bachillerato de humanidades porque es transversal. No sólo están las partes de diseño e ingeniería, sino también la búsqueda de financiación y una parte de difusión, que atrae mucho a los alumnos de letras”. Además, estos dos docentes destacan que “somos los primeros que aprendemos con esto porque no somos expertos en estos temas”. Los 12 alumnos de este centro que participan divididos en 2 grupos de 6 son de 4º de la ESO y de 1º y 2º de Bachillerato. Están tratando de ultimar la misión secundaria de sus satélites, ya que cada grupo debe implementar otra función a mayores.

En el IES República Oriental de Uruguai decidieron integrar el currículum de la materia Tecnoloxía e Enxeñaría (optativa y que no entra en la ABAU) en este proyecto, aprovechando que la clase es reducida. Su profesora, Emma, señala que como misión secundaria decidieron “mejorar el sistema de recuperación del satélite con unos diodos cosidos al paracaídas que se van iluminando, y todo esto va conectado a una pulsera tipo wearable que también se ilumina a medida que nos acercamos al satélite”. Aunque no saben si terminarán a tiempo para el lanzamiento (a finales de abril) ya que se trata de alumnos de 2º de Bachillerato, dedicarán el resto del curso a finalizar este proyecto.

Por su parte, en Acacias-Montecastelo formaron dos grupos (uno de 4 y otro de 6) de alumnos de 3º de la ESO que dedicarán la misión secundaria de su satélite a dos tareas radicalmente diferentes. Uno de ellos, como explica su profesor, Bernardo, pretenden tomar muestras del aire para atrapar bacterias para comparar los microorganismos existentes a ras de suelo con los que hay en el aire a distintas alturas. El otro equipo logró meter dentro del satélite un tubo geiger para medir la radiación con el objetivo de estudiar la variación del campo de radiación ionizante con la altitud y, de paso, evaluar la dosis de radiación a la que está expuesto el ser humano. Para ayudar con el análisis de estas mediciones cuentan con investigadores de la UVigo.

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