La curiosa historia del viaje a Vigo y retorno de la esposa de Suárez

Suárez promocionando el CDS en Galicia.
photo_camera Suárez promocionando el CDS en Galicia.
Los servicios normales de Renfe en Galicia sufrieron determinadas alteraciones que van desde el retraso de trenes a la supresión de otros

Hay una insólita historia que tuvo su epicentro en el centro de mando de RENFE en Ourense y que no se producía ni en tiempos de los viajes de Franco por España. El episodio tuvo como protagonista a la esposa del entonces presidente del Gobierno Adolfo Suárez y tuvo tales repercusiones que hasta llegó al Congreso de los Diputados, en forma de interpelación de la oposición para que se dieran explicaciones. De que el asunto se divulgara ampliamente en España y el extranjero tuve bastante que ver, pues entonces, agosto de 1980, era yo corresponsal de Europa Press en Vigo y pasé el despacho al servicio de noticias. Los hechos fueron tan singulares que hubieran merecido un guion y una película de las de Berlanga.

En aquellos días, la esposa del presidente Suárez, Amparo Illana, gustaba de viajar en tren, y en uno de aquellos viajes a Galicia, a Vigo. Concretamente, como era normal en aquellos tiempos, el convoy sufriera algunas incidencias y retrasos en el viaje de ida, habituales en la línea de Puebla de Sanabria a Ourense que, por cierto, era entonces una de las peores y con mayor siniestrabilidad de todo el trazado ferroviario español, ya que la VII Zona de Renfe, con sede en León, era una de las más abandonadas del país, con problemas estructurales no corregidos, de suerte que, ya en Galicia, los trenes no podían avanzar a las velocidades consignadas en sus itinerarios por los riesgos de accidentes.

Entonces a algún alto mando de Renfe de le ocurrió que para que la esposa del presidente y su familia pudieran volver tranquilamente a Madrid era preciso garantizar el feliz viaje. Para asegurar la vuelta de la consorte sin contratiempos al Palacio de la Moncloa, se tomaron diversas medidas. Para empezar, el convoy fue reforzado con una máquina adicional. aparte de la Diesel de 3:000 caballos que normalmente lo remolca. Eso en lenguaje ferroviario era “dar la doble”, cosa absolutamente innecesaria en aquel caso. Por si fuera poco, en distintos puntos del camino (Redondela, Ourense y Puebla de Sanabria) se dispuso otra máquina y personal por si se producía alguna avería en las dos que tiraban del tren. Este dispositivo supuso que los servicios normales de RENFE en Galicia sufrieran determinadas alteraciones que van desde el retraso de trenes a- la supresión de otros.

Por ejemplo, en tren 6.612 fue detenido en Puebla de Sanabria para ceder paso al expreso donde viaja la señora de Suárez y familia y asegurarle la vía. Asimismo, fue suprimido un tren de mercancías entre Orense y Santiago de Compostela, para disponer de su máquina. Y esto no se hacía ni en tiempos de Franco y los viajes en tren del anterior jefe del Estado no provocaban tales alternaciones ni se adoptaban tan excepcionales medidas. En todo caso. sería fácil cuantificar el costo que este viaje supuso al erario público. En el de venida, como digo, el convoy que traía a la esposa de Suárez sufriera un retraso que, por lo visto, en esta ocasión quiso subsanarse, lo que padecía la gente común.

Ante la naturaleza del escándalo, que como digo provocó que en el Congreso se pidieran explicaciones al Gobierno, algún jefecillo de RENFE en Ourense quiso busca de dónde saliera la noticia que dejaba literalmente con el culo al aire a los responsables de tal desatino y hubo que mandarle recado de que se había equivocado en su pesquisa y que más le valiera dedicarse a ejercer su trabajo dignamente. No en vano en aquel tiempo, RENFE, si se disponía de los cauces adecuados, era frecuente solar donde de colocaba a ingenieros con no otras muchas opciones de empleo, según era apreciación común por sus meteduras de pata. Luego de aquella historia, hablé con Suárez varias veces, sobre todo, cuando tras dejar el Gobierno venía por aquí para promocionar el CDS, frustrado intento de reconstruir el centro. Como personal me caía bien y era grato en el trato directo. Pero nunca le comenté que yo era el autor de la noticia.

Ahora puedo contarlo, me enteré de lo relatado porque en el diario en el que trabajaba tenía a mi cargo formar a los estudiantes de periodismo en prácticas, y uno de ellos, hijo de un factor de circulación, me contó lo disgustado que estaba su padre por el asunto y los problemas que creó a los servicios ordinarios de RENFE en Galicia. Luego, por los cauces adecuado, confirmé la noticia.

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