El skatepark inacabado de Nigrán, de moda en vacaciones

Varias familias disfrutando de las instalaciones durante esta Semana Santa.
photo_camera Varias familias disfrutando de las instalaciones durante esta Semana Santa.
Pese a no poder utilizarse al carecer de certificaciones, el Concello deja abierto un acceso de manera deliberada, lo mantiene periódicamente e incluso instala una fuente

El complejo deportivo y de ocio proyectado en Porto do Molle, en el marco del acondicionamiento de los márgenes del río Muíños, se planteaba hace más de cuatro años como uno de los proyectos estrella del actual gobierno local, pero una vez más los problemas hicieron acto de presencia del mismo modo que en la gran mayoría de las obras públicas proyectadas en los últimos dos mandatos. Su ejecución quedó empantanada por un conflicto que todavía se encuentra sin resolver entre la concesionaria Audeca y Concello, después de que Intervención cortase el grifo al superar con creces el margen del 10% estipulado en la Ley de Contratos del Sector Público. 

Hoy, la gran pista de atletismo apenas se diferencia de un “patatal” mientras que el parque infantil y el skatepark se pudrían ante la imposibilidad de poder actuar al no haber recepcionado la obra. Sin embargo, hace poco esto cambió radicalmente. Los juegos instalados en rúa das Pontes fueron rehabilitados, las tirolinas son completamente funcionales y el skatepark de rúa do Xián está flamante, con lo que cada vez son más los que se animan a hacer uso de dichas instalaciones. Durante las vacaciones de Semana Santa la afluencia subió como la espuma con familias enteras que van a pasar el día mientras sus hijos se divierten en las rampas.

No obstante fuentes jurídicas alertan del desamparo legal en el que se pueden encontrar los usuarios en caso de tener algún percance en las mismas. Ambas carecen de certificaciones y como es lógico ningún seguro se haría cargo de un accidente en un espacio en el que en teoría está prohibido el paso al ser una zona en obras.  “El uso de unas instalaciones cuya ejecución está paralizada es algo completamente irregular, en caso de haber algún problema desembocará seguro en un conflicto legal que con mucha probabilidad perjudicaría al usuario”, indican. En este sentido explican que también habría que tener en cuenta las medidas o barreras físicas y disuasorias para informar de la situación. En el caso de la zona de rampas, no solo hay un acceso habilitado sino que están sujetas a un mantenimiento periódico que va más a allá de su conservación, carece de cualquier cartel de prohibición y cuentan con bolsas para depositar la basura, incluso recientemente se instaló una fuente con agua corriente, la única en decenas de metros a la redonda. La zona del parque todavía es más alarmante, ni una sola valla, ni un solo cartel, todo limpio y listo el disfrute. Una serie de indicios que evidencian que la Administración local no solo es consciente de su uso, sino que alienta a ello obviando los problemas que pueda acarrear. “Si el usuario supiese las responsabilidades a las que se enfrenta más de uno se lo pensaría”, concluyen. n  

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