La protección de los dispositivos móviles es una prioridad para evitar el robo de datos personales, y aunque los usuarios son cada vez más conscientes de preservar su teléfono ante todo tipo de ataques online, los ciberdelincuentes encuentran nuevas maneras de vulnerar los smartphones.
Uno de los métodos más peligrosos es el denominado “juice jacking”, que se ha convertido en uno de los problemas de ciberseguridad más notorio en los últimos meses. Esta técnica maliciosa supone la manipulación de puertos USB públicos para robar datos y afectar a la seguridad de los dispositivos electrónicos de los usuarios que los utilizan. De esta manera los ciberdelincuentes instalan programas en los terminales con el objetivo de acceder a la información privada de los dispositivos conectados.
Especialistas en seguridad como la firma de análisis S2 Grupo destacan que el “malware” (programas nocivos) instalado a través del puerto USB puede robar información personal, contraseñas, números de tarjetas de crédito o datos bancarios, e incluso permitir a los ciberatacantes controlar el dispositivo de la víctima de forma remota.
Para evitar este tipo de vulnerabilidades, es recomendable que los usuarios utilicen cargadores de batería propios y eviten los USB públicos. En caso de utilizar USB públicos o cargadores de terceros, activar en el smartphone o tablet solo la opción de carga (desactivar la transferencia de datos del dispositivo). Además, si al conectar el dispositivo al US, aparece en la pantalla un mensaje que pregunta si se confía en ese dispositivo, hay que contestar siempre “NO”.
También es esencial actualizar el software y antivirus de los dispositivos, ya que actúan como barrera contra las amenazas, detectando y bloqueando cualquier intento de infiltrarse en ellos.
