La hipertensión arterial o elevación de los niveles de presión arterial de forma continua o sostenida por encima de las cifras 140/90 mmHg de presión sistólica y diastólica es un problema grave y creciente. La presión arterial elevada es un factor de riesgo que pone en peligro los vasos sanguíneos y el corazón, así como otros órganos importantes (riñones, cerebro y ojos).
La influencia de diversos factores relacionados con la nutrición y el estilo de vida tienen un papel relevante en el control de la hipertensión. Si bien una de las medidas principales es la reducción de sal en la alimentación, tienen también un gran impacto y son efectivas en el control de las cifras de presión arterial, pautas nutricionales como el control de peso, la moderación en el consumo de alcohol y la mejora de la dieta (aumento en el consumo de cereales, verduras, frutas...)
Una de las medidas más efectivas para mejorar el control de la hipertensión en individuos obesos es la reducción y mantenimiento del peso corporal. La obesidad genera resistencia insulínica e hiperinsulinemia, la insulina reduce la excreción renal de sodio, altera la función intracelular e incrementa la reactividad vascular.
Reducir la ingesta de grasa saturada es una medida conveniente en el control de la tensión arterial. En este sentido, las dietas ricas en omega 3 pueden mejorar la función del tejido vascular y contribuir al descenso de la presión arterial. Asimismo, el aporte adecuado de calcio, magnesio, proteínas, vitamina D y fibra, junto con la mejora de la capacidad antioxidante de la dieta, pueden tener gran importancia en la lucha contra el problema.
Teniendo en cuenta que la dieta media española no alcanza los aportes aconsejados para muchos de los nutrientes mencionados como favorables en el control de la presión arterial, una aproximación de la alimentación a estas pautas de la mano de la dieta DASH, ( un plan con enfoque dietético para detener la hipertensión), podría ser de ayuda para restablecer valores de presión arterial. Esta dieta destaca la elección de alimentos ricos en los minerales calcio, potasio y magnesio, cuya interacción favorece el descenso de la presión arterial. La pauta DASH que establece igualmente una restricción de las grasas y aumento de los alimentos ricos en fibra, podría ser adoptada por muchas personas como un estilo de alimentación saludable.
El modelo de alimentación distribuye el número de raciones (de acuerdo a las necesidades de energía de cada persona) en los grupos de alimentos: Cereales integrales; verduras y frutas; lácteos desnatados; carnes, aves y pescado; frutos secos, semillas y legumbres; grasas y aceites.
La pauta dietética propone un aumento para las raciones de frutas y verduras y cierto límite en el consumo de grasas y carnes. La dieta DASH también puede disminuir el colesterol malo, contribuyendo a bajar el riesgo de enfermedad cardiaca.
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Pautas para prevenir la hipertensión arterial
