Nutrición y fibromialgia

Nutrición y fibromialgia
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La fibromialgia es un síndrome multifactorial que se caracteriza por dolor crónico generalizado junto con fatiga, mala calidad del sueño y numerosas comorbilidades y manifestaciones psicológicas. Se estima que tiene una prevalencia mundial del 1,78%, con predominio en el sexo femenino.
El tratamiento de la fibromialgia requiere un enfoque multidisciplinario con estrategias farmacológicas y no farmacológicas. Entre las estrategias no farmacológicas, la actual evidencia sugiere un posible papel beneficioso de los cuidados de nutrición.
Este trabajo reciente de la Universidad de Florencia resume la relación entre la fibromialgia y la nutrición, explorando la evidencia disponible sobre el efecto de los suplementos dietéticos y de las intervenciones dietéticas en las personas con este síndrome. 
Un desajuste de los componentes de la dieta, incluidos los minerales y las vitaminas, parece desempeñar un papel fundamental en el desarrollo de la fibromialgia. Sin embargo, el análisis de la literatura hecho en este estudio, ha demostrado que a pesar de los buenos resultados en clínica de los suplementos de vitamina D, magnesio, hierro y probióticos, el papel de los suplementos dietéticos sigue siendo controvertido.
Con respecto a las intervenciones dietéticas, la administración de aceite de oliva virgen extra, la dieta de sustitución con cereales autóctonos, las dietas hipocalóricas, la dieta baja en FODMAP (en la que se restringe la ingesta de alimentos ricos en azúcares y polioles fermentables), la dieta exenta de gluten, la dieta sin glutamato monosódico y sin aspartamo, las dietas vegetarianas y la dieta mediterránea, parecen ser eficaces para reducir los síntomas de la fibromialgia. Dichos resultados sugieren tener en cuenta la pérdida de peso, junto con el componente psicosomático de la enfermedad. Además, todas estas dietas generalmente se consideran modelos dietéticos saludables, ricos en alimentos vegetales, antioxidantes o fibra, por lo que el hecho de que las personas hayan experimentado una mejoría de los síntomas después de casi todas las intervenciones dietéticas, apunta a que una dieta adecuada podría ser primordial. 
A consecuencia de estos resultados y aunque los aspectos dietéticos parecen ser un enfoque complementario prometedor para el tratamiento, son necesarios más ensayos para proveer de mejores estrategias en el manejo de la fibromialgia. Las dietas vegetarianas, así como la dieta mediterránea, parecen ser eficaces para reducir sus síntomas y proteger de patologías asociadas como la enfermedad cardiovascular, entre otras.

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