Vida Sana

Frutos secos y enfermedad cardiovascular

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Con el fin de actualizar las  guías clínicas para la terapia nutricional en relación con la Asociación Europea para el Estudio de la Diabetes (EASD), se llevó a cabo un trabajo para conocer la evidencia de la asociación entre frutos secos y Enfermedad Cardiovascular (ECV). 
Esta revisión proporciona un resumen actualizado y completo de la asociación entre el consumo total de frutos secos y la enfermedad cardiovascular. Se trata de un metaanálisis realizado por el Instituto de Salud Carlos III de Madrid y la Universidad Rovira i Virgili para actualizar las guías clínicas de EASD que ha resumido la evidencia actual sobre la relación del consumo total de frutos secos y la incidencia y mortalidad de la ECV. 
La enfermedad cardiovascular es un importante problema de salud pública siendo la principal causa de muerte en todo el mundo, afectando aproximadamente a 17,7 millones de personas en 2015. Es importante señalar que las ECV son susceptibles a modificaciones de comportamiento. En este sentido, una dieta saludable es uno de los componentes del estilo de vida que podría promoverse para ayudar en este problema de salud global. 
Diferentes patrones dietéticos saludables, como la dieta mediterránea (MedDiet), la dieta DASH o la dieta vegetariana, tienen frutos secos como un componente alimenticio clave. Estos alimentos, a pesar de su alto contenido en grasas también son ricos en minerales, vitaminas, fibra y compuestos bioactivos. Dado este perfil nutricional excepcional, el consumo frecuente de frutos secos se ha asociado con un menor riesgo de ECV en grandes estudios. 
Los resultados arrojados de esta revisión sistemática y metaanálisis de estudios prospectivos mostraron una asociación positiva entre el consumo total de frutos secos y el riesgo de incidencia y mortalidad por ECV. 
Se han propuesto diferentes mecanismos para explicar la asociación beneficiosa observada, como por ejemplo, que los frutos secos poseen propiedades que reducen el riesgo de ECV. De hecho, la capacidad de reducir el colesterol total y los niveles de colesterol LDL es probablemente una de las propiedades más conocidas de los frutos secos. Otros posibles mecanismos incluyen una reducción de elementos inflamatorios, modulación de sustancias protectoras, mejora de la función de las membranas y reducción del estrés oxidativo.   
Los resultados sugieren un papel beneficioso del consumo total de frutos secos en la reducción de la incidencia y la mortalidad por diferentes resultados de las enfermedades cardiovasculares. Para los autores del estudio  la investigación futura debe centrarse en tipos específicos de frutos secos para aclarar mejor su efecto sobre los resultados de ECV.

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