España vivió de su fútbol. Italia lo ajustó a las circunstancias. Las dos opciones son más que válidas. Y más cuando todo se decidió en los penaltis.
El no debate del no nueve
Una pareja de centrales Bonucci-Chiellini asusta cuando te tienrd que medir a ella cuerpo a cuerpo. España apostó ayer por ahorrarse un delantero de referencia y poner sobre el campo a un Dani Olmo ejerciendo de falso nueve. La apuesta permitió ganar la batalla táctica de salida, pero no le dio para convertir la sorpresa en goles de entrada. Tras el tanto de Italia, aunque la decisión era previa, salió Morata y ya hubo referencia pero no remate en el área. De hecho, el empate fue llegando, no estando.
Presión alta y robo
Es ya el santo grial de multitud de equipos. Lo logró España y lo intentó Italia de salida, pero después reculó para esperar en su propio campo. El diseño del encuentro favoreció a la selección española. Con mucha posesión y, lógicamente, con el peligro de los metros entre la defensa y la portería propia. Italia los buscó -en los 4 primeros minutos, dos fueraas de juego- y Unai los intento cubrir saliendo de la portería, no siempre con acierto.
Jugar a varias cosas
Hay quien considera imprescindible tener un estilo propio. Hay quien prefiere tener dos. O más. La Italia de Mancini no es la Italia clásica. Pero puede serlo. O, mejor dicho, puede utilizar sus armas. Ayer le faltaron 10 minutos para ganar con mucha defensa y un par de contras. España empató gracias a una pared. Su estilo.
Tres prórrogas y dos tandas
Son un ecosistema diferente. Pero enormemente decisivos en los campeonatos cortos. España ha jugado tres prórrogas y dos no sirvieron para cambiar el marcador. La de ayer ya estuvo marcada por el cansancio y desembocó en otra tanda de penaltis. Y esta vez la moneda salió cruz.