La selección de Italia, flamante campeona de Europa tras imponerse a Inglaterra el pasado domingo en la final de la Eurocopa en Wembley, celebró ayer su triunfo al recorrer el centro de Roma a bordo de un autobús descubierto ante miles de aficionados que se echaron a la calle para expresar su gratitud.
Tras ser recibida por el presidente de la República italiana, Sergio Mattarella, y por el primer ministro, Mario Draghi, Italia subió a un autobús descubierto en Palazzo Chigi y recorrió las calles romanas hacia el hotel Parco dei Principi, donde los jugadores durmieron anoche antes de dejar la concentración.
Mattarella, que vivió el triunfo de Italia en la tanda de penaltis desde el palco de Wembley, expresó su orgullo por un trofeo "merecido" y ganado con "dificultades añadidas" por competir en casa del rival, en un acto organizado en los jardines del Quirinale en el que también participó el tenista Matteo Berrettini, primer italiano capaz de alcanzar la final del torneo de Wimbledon, en la que perdió ante el número uno del mundo, el serbio Novak Djokovic.
Tanto la selección italiana como Berrettini acudieron al Quirinale llevando sus trofeos, la copa de campeón de la Eurocopa y el plato de finalista de Wimbledon.
"Hoy es el día de los aplausos y del agradecimiento. Enhorabuena a los futbolistas, merecisteis ganar porque jugasteis con dos dificultades añadidas: jugar en casa del rival, y el gol del 0-1 recibido a los dos minutos. Habéis ganado igualmente, lo habéis merecido aún más de lo que dice el resultado", afirmó Mattarella.
"El cariño de los italianos os acompañó, vosotros lo devolvisteis representando bien a Italia y honrando el deporte. Así como lo hizo Matteo Berrettini. Están naciendo nuevos protagonistas en el tenis. Felicidades, llegar a la final de Wimbledon ya es un gran logro, pero la remontada y la victoria del primer set equivale a un triunfo", sentenció.
La selección ‘azzurra’ consiguió el visto bueno de las autoridades competentes tras varias horas de negociaciones para poder celebrar el título junto a sus aficionados, algo que creaba preocupaciones a causa de la pandemia del coronavirus y la gran cantidad de personas que se reuniría para celebrar, muchas de ellas sin mascarillas.
Los más activos en el grupo ‘azzurro’ fueron el capitán, Giorgio Chiellini, quien enseñó la copa a sus aficionados, y Leonardo Bonucci, uno de los grandes protagonistas del triunfo ante Inglaterra, al anotar el gol del 1-1 y el penalti en la tanda final.
Italia, entrenada por Roberto Mancini, conquistó el domingo al segunda Eurocopa de su historia, tras la de 1968. Estos trofeos se suman a sus cuatro Mundiales.
