Jacobo Soler: “Cuando comencé, no sabía decir todas las pruebas del atletismo”

Soler acudió a Atlántico para repasar su participación en el Estatal.
photo_camera Soler acudió a Atlántico para repasar su participación en el Estatal.
“El balance del Campeonato de España es bueno, no contaba con estar en esa marca”, señala el atleta vigués Jacobo Soler, 5º de España en 400 metros

Jacobo Soler (Vigo, 19 de marzo 2000) finalizó 5º en la final del 400 metros del Campeonato de España de atletismo tras batir en semis el récord gallego con 47.01. Llegó a la pista al llegar a la universidad y tiene margen de mejora. 

 

¿Cómo llegó al atletismo?

Cuando me mudé a Pontevedra, porque vivía en Vigo y no practicaba atletismo. Empecé a estudiar allí y me convencieron para entrar en el atletismo. Gonzalo Méndez, uno de mis entrenadores, me descubrió y, desde ahí, hasta hoy. Todo alrededor del atletismo. 

¿Sabía algo de atletismo?

Algo sí, pero si me preguntas por las pruebas, seguro que no decía todas las que había. La imagen que tengo es poner atletismo en la televisión mi tía cuando íbamos a casa de mi abuela. Y los primeros recuerdos que tengo son esos, de estar en el sofá con ella, y me hablaba de Adrián Ben y otros atletas así ya conocidos. Me gustaba mucho correr, pero no tenía ese afán de ver carreras ni nada parecido.

Jugaba a baloncesto y era el pequeño. 

Sí, sí, lo era y me sacaban bastante altura. Y hace unos años más porque era muy pequeño. Obviamente, era base. Me gustaba mucho y lo pasé muy bien hasta los 17 años que jugué. Incluso del baloncesto saqué cosas para aplicar al atletismo pese a ser deportes muy diferentes. Eso sí, también llevo cosas negativas porque mi carrera era muy enfocada al baloncesto, ya que corría agachado y me iba para los lados. Adquirí muchos errores que tuve que cambiar, pero sí que aproveché factores mentales del baloncesto para el atletismo.

Entró en la final del Campeonato de España en pista corta, supongo que la valoración es buena. 

El balance es bueno. No esperaba hacer esa marca de 47.01 en pista corta porque venía de hacer 47.00 al aire libre y es diferente una pista de 200 a una de 400 metros. En pista cubierta se corre más lento y casi igualo. El año pasado me no taba muy fuerte y ya hice ese 47.00 y ahora me queda toda la campaña de verano y ya tengo esa marca. Semana a semana, iba corriendo, bajando el tiempo y mejorando el récord de Galicia. Fue todo rodado. 

En la final, ¿pagó el esfuerzo de las series?

Sí. Yo estaba muy motivado y es algo que tratas de no pensar. Pero, al calentar, ya notaba ese cansancio. Me dolían los cuadríceps y es algo que, habitualmente, no me pasa. Corrí la semifinal a tope para ser primero y pasar a la final y también otros lo tuvieron que hacer. Lo que pasa es que Óscar Husillos y alguno más pueden correr en semifinales con cierto control para reservar algo para la final, pero a nosotros no nos queda otra que ir al máximo. Hice marca personal, pero sí que lo pagué en la final. Se añade que en la pista cubierta das una vuelta y ya entras en la calle libre, de forma que no puedes regular en la primer parte para acabar fuerte, que es lo que hago habitualmente. Tienes que ir delante porque, si se te mete gente, ya es muy complicado remontar y te vienes abajo. Y, en esa final, sí que noté que no estaba como el día anterior y, pese a ello, hice mi segunda marca personal. Significa que estaba muy fuerte y que puedo seguir bajando.

¿Qué se plantea para el futuro?

El objetivo principal será el Campeonato de España al aire libre en La Nucía con la meta de llegar al mismo nivel que llegué a este. Enfocaré la temporada a esa competición con la idea de estar en la final y, si estoy en ella, poder estar físicamente bien, más entero para dar guerra en esa carrera definitiva, que me esta costando. Tengo que entrenar y también ganar esa experiencia porque no estoy acostumbrado a correr dos 400 seguidos. Es todo aprender lo que tengo que hacer, igual meterme en hielo, descansar algo más… Todo ayuda y todavía estoy descubriendo los aspectos de la competición y cómo gestionar cada momento.

¿Se ve con opciones de dedicarse al atletismo?

Es muy complicado. Solo los muy, muy buenos ganan algo. Yo quiero disfrutar de toda esta etapa y sí que estoy centrado. Actualmente, estoy trabajando un poco para poder continuar en Pontevedra y vivir, pero es cierto que me estoy dedicando casi al 100% al atletismo. Estoy entrenando allí, no necesito más y mi plan es seguir y continuar motivado. Todo se trata de estar contento mientras entrenas para ser capaz de darlo todo. Me gustaría estar así muchos años más y, la verdad, no necesito mucho más. Hay que mejorar, eso está claro, pero poder dedicarme a ello es un objetivo que tenemos muchos.

¿La clave es ser internacional?

Seguramente. Para ir a campeonatos importantes necesitas tener mucho nivel. Si consigues ir a mítines, que te paguen por ello, encontrar algún patrocinador… Eso sería fundamental para poder ganarte un poco la vida y que te puedas dedicar a entrenar. Es algo que, por ahora, no me he planteado. Estoy en el Pamplona, que me permite ir a las ligas de División de Honor, que ya son tres competiciones buenas y, después, puedo ir a los campeonatos de nivel. 

Va a entrenar, lo sueltan en la pista, y llega el entrenador y comienza: falla en esto, en esto, en esto… 

Cuando llegué, mi entrenador, Gonzalo, me veía y tuvo paciencia. No me metía mucha presión y es cierto que corría mal porque lo hacía agachado y tenía un problema de pisada, que desarrollé desde pequeño y que es difícil de corregir. Durante tu vida, ya adquieres un patrón de movimiento y luego es complicado de modificar. Fui a varios sitios para mejorarlo porque me provocaba periostitis, que fue una de las causantes de que empezara a correr los 400 metros. Lo arreglé ahora con unos clavos nuevos de Nike que tienen cámara de aire y me están ayudando mucho. Amortigua y me provoca menos impacto a la tibia.  De hecho, empecé en 60 y en 100 metros e iba en las últimas series porque no tenía marcas. Ganaba la serie, pero claro, los mejores estaban lejos. Iba ascendiendo así, poco a poco, y en categorías inferiores me impuse en algún 200. Pero no  había hecho ningún 400 y, cuando lo descubrimos, nos dimos cuenta de que era el bueno porque al segundo intento ya tenía la mínima para el Campeonato de España. Y no lo había hecho en el 200 tras una temporada entera. 

¿Cómo gestiona el cansancio de una prueba dura como es el 400?

Lo llevo bien porque tengo un buen final que me permite terminar bien las pruebas. En el primer Campeonato de España sub-23, que quedé segundo, al llegar a la última recta iba sexto. Ahora, además, estoy cogiendo mucha más fuerza, que es algo que me ayuda. Después de correr, por ejemplo, en el de España, estaba bien con la adrenalina. Pero al día siguiente lo noté mucho, tanto calentando como después en carrera. Estaba más pesado. 

¿A qué atletas sigue?

No veo mucho y cuando jugaba a baloncesto, tampoco. Aún así, sí que me fijo en gente como Noha Lyles y te das cuenta de los grandes tiempos que hacen cuando ves que hacen un segundo menos que tú en 200 metros. Y también es divertido porque sabes el trabajo y el esfuerzo que conllevan esas marcas. Y, además, veo muchos lo vídeos, los de otros y los míos, para mirar bien las carreras, comprobar lo que hice bien o mal y todos los aspectos técnicos porque, cuando corro, no soy consciente y sí que me gusta serlo. 

¿Cómo se asimila la técnica?

Ahora entreno a opositores en Pontevedra y te das cuenta de todas las cosas técnicas. Se piensa que el atletismo sólo es correr, que hay que mover brazos y piernas, y al poco que corriges tres aspectos, la gente ya se bloquea. Si eres nuevo y te dicen tres detalles, ya se complica. Hay que ir poco a poco, punto a punto, y fue lo que me pasó a mí. Y, aún así, para mí fue divertido porque ya le estaba ganando a la gente buena en Galicia cuando aún tenía muchas cosas que mejorar. Y me servía de aliciente porque pensaba que, el día que pudiera hacer todas esas cosas bien, sabía que podía estar entre los mejores. Eso sí, siempre pensaba a nivel gallego, nunca a nivel de España absoluto, que ahora ya es otra categoría.

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