Vanesa Travieso (Vigo, 1975) es organizadora de hogares, poniendo orden en armarios y en habitaciones. Aprendió de gurú de la organización, Marie Kondo. Visitó Atlántico TV para compartir las claves de su oficio y presentar su “El poder detrás del orden”, publicación con la que estará el jueves, día 30, en la Casa del Libro.
¿El orden da la felicidad?
Poner orden casa da la felicidad y da libertad. Es muy importante y tiene muchos beneficios, significa tener que tomar decisiones, descartar y soltar. Nos ayuda a ser personas resolutivas.
¿Cuál es el primer paso?
La base es poner orden en el hogar, que no es lo mismo que en casa, para que después se pueda poner orden en el trabajo. Se establece un sistema de organización y se toma control sobre todas las cosas que vamos acumulando años tras años, convirtiendo nuestra casa en un almacén.
¿Qué criterios hay que seguir para elegir de qué desprenderse?
Hay que superar los apegos emocionales, los vínculos y el por si acaso. Los hogares tienen que reflejar lo mejor de nosotros mismos, tenemos que sentirnos cómodos, son nuestro refugio. Si está lleno de cosas hace que nuestros hábitos se compliquen. Tenemos los cajones y las habitaciones llenas, decimos que no tenemos espacio, pero igual lo que pasa es que guardamos cosas que no necesitamos.
No siempre es fácil deshacerse de algo.
Hay que ser sinceros con nosotros mismos. Si tenemos un vestido en el armario, ya sabes si lo vamos a poner. Si pasan años sin usarlo, tenemos que preguntarnos para qué lo tenemos, si la respuesta es para nada, hay que tomar la decisión. El desapego se aprende con entrenamiento. Tenemos dependencia de cosas materiales que no usamos. Nos vamos de viaje con una maleta y en un mes algunas cosas no las usamos. Si ya nos vale, lo podemos regalar, vender o donar, darle una segunda vida útil con alguien que sí lo use.
¿Es una forma de racionalizar el consumo?
Por supuesto. Estamos todo el día comprando, salimos de casa y regresamos con un montón de bolsas que dejamos encima de una silla, quedan sin ordenar y vamos acumulando un montón de cosas. Lo que no vemos no existe y volvemos a comprar esa camiseta negra como las tres que no recordábamos que teníamos en medio del desorden. La casa tiene que trasmitir calma y se acaban convirtiendo en grandes almacenes.
¿Cómo llegó a ser alumna de Marie Kondo, la gurú del orden?
Hice un cambio en mi vida. Yo trabajaba en el mercado internacional y viajaba mucho. Cuando tuve a mis hijos, decidí dejar mi trabajo y buscar mi talento. Desde niña soy desapegada, aparece el libro de Marie Kondo, “La magia del orden el libro”, me centro en esto y me voy a formarme con ella a Chicago. Vuelvo convencida de que voy a poner orden en las casas de la gente. Pensaron que estaba chiflada, pero aquí sigo ocho años después.
