Laura Prats: “Volver a jugar es lo que esperas desde la lesión; es la felicidad”

La jugadora alcarreña del equipo celeste visitó el set de Atlántico durante las fiestas navideñas.
photo_camera La jugadora alcarreña del equipo celeste visitó el set de Atlántico durante las fiestas navideñas.
“El club me ofreció la renovación desde el principio; ha confiado en mí a ciegas y lo sigue haciendo”, explica la jugadora del Celta Zorka Recalvi

Cualquiera agradece disfrutar de buenos momentos después de superar los malos. Es el caso del Celta Zorka Recalvi, con cuatro victorias en los últimos seis encuentros tras perder los siete primeros. Es, más todavía, el de Laura Prats (Guadalajara, 1999). Fichó el curso anterior, pero no debutó hasta este. Por el medio, una rotura de cruzado, un año en blanco y un ascenso visto desde la barrera. Ahora, cada vez más asentada, es una más del momento dulce de las celestes y confirma aquello que pedía Marcelo Bielsa: "Traguen veneno, que todo se equilibra al final".

 

 

¿Jugar Liga 1 compensa lo mal que lo pasó el año pasado?

Compensa, sí, porque nunca habría imaginado que iba a estar en Liga 1 después de una lesión así. Pero no lo cambiaría por haber jugado el año pasado y haber ascendido en la pista.

¿Cómo fue el proceso?

Tomé la decisión de dejar mi casa, donde está mi familia, mis amigos y mi pareja para irme fuera a vivir del baloncesto, que no lo había hecho al 100% hasta el momento. Llegué con toda la ilusión y me lesioné en pretemporada. Es un proceso de aceptación y de asumir que los planes habían cambiado absolutamente. Me apoyé en el club y en los profesionales que me rodearon. Por supuesto, también en el equipo, para estar con las compañeras y no dejar el baloncesto de lado. 

¿Ayuda ser fisioterapeuta?

Es un arma de doble filo porque estás todo el día dándole vueltas a ver si está todo bien. A veces, es mejor no saber y que la cosa fluya. Pero, obviamente, el saber y el ser coherente con la lesión siempre ayuda.

Lo que también ayudaría fue la inmediata renovación.

Me la dieron casi desde el principio. El club me apoyó completamente y estuvo ahí durante todo el proceso. Es verdad que cuando ascendimos me entró el miedo porque los planes habían cambiado. Pero nada de eso. El presi vino y me dijo que estuviera tranquila porque íbamos a seguir con la misma idea. Han confiado en mí a ciegas y lo sigue siendo.

Siempre hay fórmulas para aportar. ¿Cuál fue la suya?

Apoyar al equipo animando siempre y trasladando mensajes positivos desde fuera. Cuando las cosas iban bien, por supuesto. Pero cuando fueron mal, mucho más. Fue mi granito de arena.

Imagino que vivir el ascenso en Navia vestida de calle tuvo un punto agridulce.

Exacto. Al estar todo el año junto a las compañeras, ves el trabajo que hay detrás y te llevas una alegría inmensa por ellas. Y también por mí, por pertenecer a este grupo. Ahora, esa sensación agridulce se queda ahí porque me hubiese encantado vivirlo desde dentro.

¿Cómo pasó el verano, con la luz del final del túnel tan cerca?

Fue largo. El año entero lo fue. Siempre se piensa que un deportista con cruzado roto tiene que estar en pista a los 6-9 meses y no es así. El proceso para volver a estar al máximo nivel es mucho más largo. Y en verano veía que cumplía los 9 meses, pero que eso aún no estaba. Mejoraba, pero iba lento. Y eso me tenía un poco nerviosa. Pero esas semanas entrenaba con Cris (Cantero) y la tranquilidad que me transmitía me calmó mucho. Me vino muy bien. 

El gran momento del regreso llega en la jornada 2.

Volver a jugar es lo que esperas desde que te lesionas. Sientes unas ganas enormes de querer aportar, de hacerlo bien. Es la felicidad. Te quitas la espina de superar una barrera más.

A partir de ahí, el proceso sigue.

Tienes que coger sensaciones de partido, que están totalmente perdidas. La rodilla no me responde tan rápido como antes. Es ir jornada a jornada, ganando minutos y jugar al máximo cuando esté en pista. Si tengo 6, 8 o 10, aprovecharlos a tope.

La impresión es que ganar en Gran Canaria fue un punto de inflexión para el equipo y para usted. 16 minutos, 11 puntos, 100% en triples.

Sí que lo fue. Otra barrera más que superé. No solo en cuanto a minutos, sino a mis propias sensaciones de sentirme bien en pista, de tirar con confianza, de notar que daba un paso más en la aportación al equipo. Me llegó una oportunidad y que creo que la supe aprovechar. Desde ese partido, me siento más liberada. 

¿Se nota ya cerca del máximo?

Aún no estoy al 100%. Por ejemplo, la semana después de los 28 minutos que jugué contra Girona, casi ni puede entrenar. La rodilla se resiente por minutaje. Hay semanas en las que va todo muy bien y casi no me acuerdo de ella, pero otras en las que pega bajonazo. Es parte del proceso y aún sigo en él.

¿Cómo lidia con ello a nivel mental y de seguridad en sí misma?

Es complicado. Los momentos en los que estás bien, piensas que dejaste la lesión atrás y vas para arriba. Pero cuando llega esa falta de respuesta o la inflamación, te ves otra vez ahí. Hay que aceptar que es parte de la situación y que poco a poco, con el paso de los meses, va a ir a menos. 

En cuanto al equipo, la reacción ha llegado por todo lo alto.

Estamos con mucha más confianza después de estas victorias. Antes arrastrábamos siete derrotas y no éramos capaces de aceptar que podíamos ganar. En estas seis jornadas hemos aprendido que podemos competir contra cualquier equipo y que muchos partidos que se nos escaparon en la primera vuelta los tenemos que pillar en la segunda. 

A nivel vital, imagino que hay mucho cambio en pasar de Madrid a Vigo o de la Alcarria a las Rías Baixas.

Sí que es distinto, sí. Allí es una locura, vas a todos lados con prisas y para llegar a cada sitio parece que necesitas tres horas. Y aquí me encuentro una ciudad más pequeña. Te mueves a cualquier sitio y son 10 minutos en coche o 20 o 30 andando. Yo lo prefiero. Es mucho más cómodo para vivir. Y luego, tener la playa y la montaña tan a mano es una maravilla porque disfrutas de la naturaleza.

Entiendo, entonces, que le gustaría seguir aquí la próxima temporada

Todavía no hemos hablado nada. Pero estoy muy contenta en el club y en la ciudad, así que mientras todo siga así, ojalá se pueda dar. Estaría encantada.

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