La recuperación laboral pasa de largo por Vigo. Ni siquiera en verano, una época en la que el mercado de trabajo se anima. La Encuesta de Población Activa (EPA) del tercer trimestre es contundente: Vigo es la única de las grandes ciudades gallegas donde crece el paro y se destruye empleo -2.900 desempleados más y 1.300 ocupados menos- con respecto al trimestre pasado. Galicia mejora los datos, por encima de la media nacional, y España supera el umbral de los 20 millones de ocupados por primera vez desde 2008, aunque con una elevada tasa de temporalidad, más contratos a tiempo parcial y el empleo público al alza.
En el caso de Vigo, la situación ni siquiera mejora en la comparativa interanual (con respecto al mismo trimestre de 2020), un periodo en el que la ciudad destruyó 2.400 empleos, si bien el desempleo descendió en 900 personas. ¿Cómo baja el paro y se destruye el empleo? La explicación se encuentra en varios factores, como por ejemplo que hay personas que dejan de buscar trabajo (el llamado efecto desánimo) y esto se refleja en un aumento de inactivos porque se suman aquellos que no han podido buscar empleo por motivo de las restricciones en la pandemia, por ejemplo. También habría que tener en cuenta a los afectados por un ERTE, que a pesar de cobrar el paro son considerados ocupados ya que se entiende que volverán a su puesto.
La EPA apunta principalmente al sector de la construcción en el caso de la urbe viguesa con una destrucción de 1.700 empleos en el último trimestre y 2.100 en el último año, junto con servicios que perdió 900, mientras que la industria creció y sumó un millar y 400, respectivamente.
En Galicia la ocupación aumentó en 35.800 personas en el tercer trimestre del año, lo que supone un crecimiento de un 3,32% por encima de la media nacional (1,8%). También en los últimos doce meses la comunidad gallega sumó ocupados, casi 30.000 más. En el caso del desempleo bajó en 25.700, un descenso de un 16,85% que supone casi cinco veces más que España.
La otra lectura que deja la radiografía laboral de la EPA es la elevada tasa de temporalidad (de un 26%) y un incremento mucho mayor de los asalariados con contrato eventual (crecieron un 12%) frente a los indefinidos (aumentaron un 1,6%) con respecto al segundo trimestre. La situación en España sigue la misma tónica y también con un alza de las jornadas a tiempo parcial, lo que deja menos horas trabajadas. Es en este punto en el que los sindicatos ponen el foco, reclamando la derogación de la reforma laboral para poner freno a la precariedad y crear empleo de calidad.
Mujeres y jóvenes se consolidan como los dos colectivos más perjudicados por el desempleo: la tasa de paro femenina se sitúa en el 11% frente al 9,5% de la masculina y la juvenil sube hasta el 24,3% en la comunidad. El número de hogares gallegos en que todos sus miembros activos están en paro disminuyó en 12.000.
