Fútbol | Copa del Rey

El Girona queda eliminado de la Copa antes de visitar Balaídos

El Girona reservó a Yan Couto y a Dovbyk, pero utilizó de inicio al resto de los titulares habituales.
photo_camera El Girona reservó a Yan Couto y a Dovbyk, pero utilizó de inicio al resto de los titulares habituales.
El próximo rival del Celta perdió en Mallorca al encajar tres goles en poco más de media hora

El Mallorca venció ayer por 3-2 al Girona -rival del Celta el próximo domingo en Balaídos en la vigésimo segunda jornada de Liga- y se clasificó así para las semifinales de la Copa del Rey, tras una eliminatoria de cuartos a partido único y que el equipo bermellón resolvió a la media hora.

Pese a que el Girona no cambió demasiadas piezas de su habitual versión liguera, echó de menos la velocidad de Yan Couto y el martillo pilón de Artem Dovbyk. Y bien que lo aprovechó el conjunto local, que abrió el marcador tras un sprint de Dani Rodríguez por la banda derecha en el minuto 21. Le ganó la carrera a Aleix García hasta dar un pase de la muerte que empujó Larin al fondo de las mallas.

Siete minutos más tarde, Abdón Prats hizo el 2-0 con otro zurdazo; en su caso, un despeje flojo de Daley Blind se quedó en la frontal y el ‘9’ local conectó un fuerte disparo que Juan Carlos casi ni olió.

Cumplida la media hora, Larin se desmarcó desde muy lejos y controló la pelota en un costado, tiró hacia portería y el esférico dio en el brazo derecho del defensa Antal Yaakobishvili mientras éste se giraba. A instancias del VAR, el árbitro Munuera Montero decretó el penalti y Prats se benefició de ello, marcando con la zurda el 3-0.

Los de Míchel eran una sombra de lo que habitualmente son en Liga, así que el entrenador vallecano introdujo en el descanso a Couto y a Dovbyk, pasando a tener un esquema 4-2-4. Pero no parecía la tarde idónea para una remontada épica, pues el Girona no iba a tumba abierta.

Eso sí, un atisbo de esperanza tuvieron los gerundenses en el minuto 66, a raíz de un penalti cometido por Antonio Raíllo debido a un agarrón a Cristhian Stuani. El central bermellón recibió una primera tarjeta amarilla por ese lance y, acto seguido, Munuera Montero le mostró una segunda amarilla por las ostentosas protestas.

El propio Stuani transformó la pena máxima y aún quedaban minutos de sobra para buscar el empate, que pese a todo nunca llegó. Sí batió Savinho al portero eslovaco en  la prolongación, con un tiro raso con su bota derecha tras una pared con Dovbyk, pero no hubo tiempo para remontar.

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