El Conservas Orbe Rubensa Porriño está consiguiendo esta temporada una cuestión que no es baladí: ganar los partidos que tiene que ganar. Aunque se encuentre con dificultades y no disponga de toda su plantilla. Ayer, se impuso sin ambages al Elda Prestigio, conjunto recién ascendido al que le están pensando cada vez más las semanas. Las porriñesas se llevaron el encuentro con claridad pese a no tirar de sus tres internacionales argentinas recién aterrizadas -Carolina Bono, Mica Casasola y Ayelen Rosalez- y pese a la expulsión de su capitana, Sarai Samartín, antes del cuarto de hora. Había que ganar antes del derbi de este domingo ante el Guardés en el Municipal y se ganó.
Las victorias son siempre colectivas, pero con nombres propios que las propulsan. En tierras alicantinas, tuvo un halo especial Maider Barros, que vio portería con asiduidad tanto desde el extremo como desde los siete metros y acabó con nueve dianas. También sobresalió en portería Ana Belén Palomino, capaz de llevar el peso con Ayelen reservada para otras batallas. Y siempre es bueno que jugadoras como Maddi Bengoetxea se sientan cómodas de cara a portería, como sucedió especialmente en la recta final del partido.
Porque hay que matizar. El triunfo fue cómodo, pero todo lo cómodo que puede ser en División de Honor. Es decir, que al Porriño le costó tomar el control y abrir alguna brecha en el marcador. Eso sí, en cuanto la consiguió, jugó con la inteligencia y el ritmo que marca Malena Valles, otra de las destacadas ayer en Elda.
Al descanso, cuatro goles de ventaja que no eran definitivos. Pero que fueron aumentando en base a una defensa que desesperó a las locales y a pesar de que la meta eldense, Lucía Prades, dio un alto nivel. El 23-31 final es un buen resumen. Había que ganar y se ganó. Ahora, toca el derbi dominical.
