La mejor cara blanquiazul

María Calvar gopea el esférico en el partido de ayer ante el Oviedo B.
photo_camera María Calvar gopea el esférico en el partido de ayer ante el Oviedo B.
El Sárdoma superó al filial del Oviedo en As Relfas con goles de Lucía Fernández y Andrea Albiol, uno en cada parte, para mantener la cuarta posición de la categoría 

El Sárdoma gana y sigue en la cuarta posición. El equipo vigués retoma el ritmo en una temporada en la que, seguramente, no se esperaba estar en la parte alta de Tercera Federación, pero lo está y sigue ahí tras la disputa de veintitrés partidos. Quedan seis y las blanquiazules, que renovaron casi toda su plantilla el pasado verano, tienen un punto de renta sobre el Lóstrego en la lucha por ser el mejor equipo de Vigo y el área en la categoría. El gran aliciente de una temporada en la que el líder, el Real Avilés, se escapó pronto y, con él, las opciones de pelear por el ascenso. 

En la cita de ayer, el conjunto dirigido por José Ramón ‘Chicho’ Val encaminó el partido en el ecuador del primer acto con el gol de Lucía Fernández. Un tanto que dio tranquilidad a las locales que, a partir de ahí, dominaron el enfrentamiento y, sobre todo, evitaron cualquier tipo de problema con un trabajo colectivo serio. 

Con la segunda mitad llegaron los cambios y el Oviedo trató de dar un paso adelante en el tramo final. Careció de opciones porque la segunda diana de Andrea Albiol llegó a diez minutos de la finalización del duelo. Tuvo el efecto de una tila para calmar cualquier expectativa de sorpresa en As Relfas. Con el 2-0, la victoria estaba asegurada. Pasaron los minutos sin sobresaltos hasta llegarse al final y con él, el Sárdoma pudo celebrar un triunfo trabajado en el campo y con el protagonismo de cara al gol de las mencionadas Lucia Fernández y Andrea Albiol. 

Los tres puntos dejan al equipo vigués en la cuarta posición con 42 puntos, uno menos que el Olímpico León y otro por encima del Lóstrego gondomareño, que es quinto. Ahí está su lucha hasta el final de campaña. Quedar lo más arriba posible y, especialmente, batir a la formación del Val Miñor, un rival íntimo porque el intercambio de futbolistas resultó habitual entre ambos en las últimas campañas. Una motivación notable.

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