No todo es como empieza. Luca de la Torre llegó al Celta como una apuesta de Luis Campos, pero con Eduardo Coudet no cayó de pie. El entrenador argentino apenas le dio oportunidades y su paso por Vigo estaba abocado al ostracismo. Las cosas han cambiado y su habitual rostro serio y frío, conocido en el seno del grupo como "contento cara", cada vez es más sonriente y se le ve más integrado dentro y fuera del campo.
El medio estadounidense ha cogido una costumbre muy de la tierriña desde hace varias semanas. Cada vez que el equipo consigue la victoria, al día siguiente el menú de De la Torre ya es un fijo: pulpo a la gallega. Lo vimos comiendo marisco y platos típicos de la ría en un vídeo del Celta con Kevin y otros futbolistas extranjeros y, de todos, sin duda ya era el que apuntaba mejores maneras.
Hace una semana, después de conseguir los tres puntos en Balaídos contra el Athletic Club, De la Torre subió a sus redes sociales una imagen de partido y, a continuación, una buena ración de pulpo. "Después de una gran victoria, pulpo", escribió. Pocos días después, se ha vuelto a repetir esa escena. "Ayer 3 puntos, hoy más pulpo", comentó en un perfecto español.
El aterrizaje de Carlos Carvalhal al banquillo de Balaídos ha dado a De la Torre una oportunidad con la que no contaba con el entrenador argentino. El internacional estadounidense se ha afianzado en las últimas jornadas en el once titular en la banda izquierda, ofreciendo minutos de muy buen fútbol. Si el Celta sigue con su racha, seguirá comiendo pulpo.