Los mayores del Celta tienen que aprender de sus menores

Los jugadores del Celta B celebran uno de sus 25 goles anotados esta temporada en Balaídos;  en Barreiro cayeron 13 más.
photo_camera Los jugadores del Celta B celebran uno de sus 25 goles anotados esta temporada en Balaídos; en Barreiro cayeron 13 más.
El filial celeste lleva el doble de victorias y casi cuatro veces más goles que el primer equipo en el estadio de Balaídos este curso, pese a que ha jugado cuatro encuentros menos

El Celta B sí que está sacando partido a Balaídos, una virtud de la que debería tomar nota el primer equipo celeste en esta recta final de competición, ya que de los siete partidos pendientes, cuatro serán en el estadio municipal vigués. Los célticos -los mayores- están en descenso en la clasificación como locales, sólo empeorados por el Rayo Vallecano -con los mismos puntos (14) pero con un balance goleador peor por un solo gol- y el Almería (8 puntos). En contraprestación, el filial es el segundo mejor de su grupo en casa, aunque bien es cierto que de sus 16 encuentros ejerciendo de anfitrión sólo 11 fueron sobre el Lagares.

Pese a que el segundo equipo ha disputado cuatro choques menos en Balaídos que el primero -que lleva 15-, sus números son mucho mejores. Una tendencia ya previa que ha quedado refrendada a lo bruto con los tres últimos marcadores de los de Fredi Álvarez -y antes de Claudio Giráldez-: un trío de 4-1 ante Fuenlabrada, Osasuna B y Lugo. La cuestión es que el B ha celebrado en el estadio 6 victorias, se ha lamentado de 2 empates y ha sufrido sólo 3 derrotas. Mientras, el conjunto de Primera División apenas ha podido festejar 3 triunfos, ha sufrido con 5 empates y ha disgustado a su afición nada menos que 7 veces. La comparación, obviamente, es odiosa.

Con todo, no se acaba ahí. Porque el gran mal del primer equipo en casa es su escasísima producción ofensiva con 10 goles, uno de ellos en propia meta del central del Alavés Rafa Marín. Por ejemplo, de los 11 tantos que lleva su máximo realizador, Jorgen Strand Larsen, apenas 3 han sido en Vigo. En cambio, el filial ya presume de haber hecho levantar de sus asientos a los aficionados en el recinto municipal nada menos que en 25 ocasiones. Es decir, ha marcado 15 goles más que su conjunto de referencia habiendo jugado 4 partidos menos. Los futbolistas de Fredi -antes de Claudio- anotan 2,27 tantos por encuentro sobre el Lagares; los ahora de Claudio -antes de Benítez- se quedan en poco más de medio gol por choque (0,6). Quién debe aprender de quién.

Siete partidos sin gol del A por uno solo del B

Sólo 10 goles en 15 partidos en casa es una cifra más que raquítica. Sin poder hacer todavía  análisis al haber sido un solo partido, el cambio de entrenador no ha tenido efecto en este aspecto, pues en el duelo ante el Rayo, el único de Claudio Giráldez como entrenador celeste sobre el Lagares, el equipo vigués no logró batir la portería rival.

Esa sensación de impotencia realizadora no es nada nuevo, pues con anterioridad ya se dio en seis ocasiones más: en los tres primeros encuentros de anfitrión (Osasuna, Real Madrid y Mallorca) y ya de forma más discontinua contra Atlético de Madrid, Real Sociedad y Girona. Siete encuentros yéndose a casa sin marcar. 

En cambio, al filial sólo le ha sucedido tal sequía una vez en sus 11 comparecencias en Balaídos. Curiosamente, sucedió en el último encuentro de Giráldez como responsable del segundo equipo, un empate sin goles con la Ponferradina.  El porriñés festejó mucho los tantos del B el pasado domingo ante el Lugo. Tiene ganas.

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