Con el antiguo testamento

Strand Larsen se dispone a taconear la pelota para anotar el único tanto del encuentro de ayer.
photo_camera Strand Larsen se dispone a taconear la pelota para anotar el único tanto del encuentro de ayer.
Los 3 puntos se sostuvieron en la renuncia a la pelota, solidez defensiva, portería cero y gol a balón parado

La primera victoria en Balaídos del Celta de Benítez llegó a través del credo de su entrenador. Renuncia a la pelota, solidez defensiva, portería cero y gol a balón parado. No fue un espectáculo futbolístico para recordar, pero el equipo vigués necesitaba el triunfo como el comer. Lo logró. Ahora, tendrá que alimentar su juego.

El Celta pega el estirón

Amén de las modificaciones en cuanto a nombres -Ristic, Carlos Domínguez, Dotor, Cervi y Aspas-, Rafa Benítez ofreció una gran novedad con respecto a los últimos encuentros. Su Celta presentó un posicionamiento defensivo notablemente más alto de lo habitual. De este modo, sin convertir la presión en un dechado de intensidad y agresividad, el equipo vigués apretó al Granada bien arriba, con la doble punta en la frontal rival en cada saque de puerta. La receta funcionó y las camisetas celestes ganaron mucha presencia en campo rival.

Armas marca de la casa

Contrariamente a lo que es habitual, el posicionamiento alto no estuvo acompañado de una posesión de balón importante. Benítez no cree en eso. El problema es que si no se juntan unos cuantos pases con anterioridad, es muy difícil apretar la pérdida con eficiencia porque los futbolistas están lejos de la pelota. No obstante, sí que pudo transitar varias veces tras algún robo. También amenazó -y golpeó- con pelota parada. En un saque de esquina llegó el gol céltico. Después, varias faltas laterales generaron situaciones de peligro. Dos armas ofensivas, estas sí, marca de la casa del entrenador madrileño. 

Una mezcla interesante

A todas luces -y no de Navidad-, lo más llamativo del once céltico fue el centro del campo. La energía de Cervi en la izquierda movió a Bamba a la derecha. Y dentro, Tapia y Dotor propiciaron una mezcla tan novedosa como interesante. El peruano está sosteniendo al Celta en las últimas jornadas y ayer volvió a ejercer como una suerte de aspiradora inteligente que barrió todo el ancho del campo con un mapeo por infrarrojos. En cuanto al madrileño, se le sigue notando el salto de ritmo de dos categorías. Sin embargo, dejó pinceladas de lo que puede llegar a dar en cuanto a recorrido y llegada al área rival. Ambos conformaron un eje XY que cubrió muchos metros. 

La renuncia y la dulce agonía

Que un equipo de Rafa Benítez no quiera tener la pelota -y más ganando-, entra dentro de lo normal. El equipo céltico retrasó su bloque a a una altura habitual y le entregó el balón a un Granada que supo dañar con Bryan Zaragoza. El técnico del Celta reaccionó refrescando esa banda con Mingueza y De la Torre. Funcionó. A partir de ahí, el Celta apenas sufrió, incluso con un hombre menos. No obstante, tampoco tuvo transiciones, algo que sí entra en el libreto de Benítez. El cuadro celeste renunció a cualquier ataque en favor de una agonía que terminó siendo dulce.

 
 
 
 
 
 
 
 

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