Opinión

Una visión positiva del affaire de los titiriteros

En mi opinión no es cierto que la obra de títeres “La bruja y don Cristóbal” enaltezca el terrorismo. Quienes hacen esa acusación se basan en que en un momento de la representación se exhibe una pancarta en la que pone “Gora Alka Eta”. La simple muestra de un texto como ese no implica enaltecimiento de nada, como lo demuestra el hecho de que los periodistas pueden ofrecernos en televisión y prensa imágenes de carteles con textos similares, donde puede leerse “Gora Eta” (viva eta), o “Eta mátalos”. El contexto y lo que se haga con un cartel como ese es lo definitivo: y en la obra de títeres de la que hablamos lo que ocurre es que unos policías malvados ponen la pancarta junto a otro personaje para incriminarle, para poder acusarle y detenerle: lo que manifiesta que consideran ilegal lo que pone en ella. Al revés de lo que se ha dado a entender, califican a eta y a al-kaeda como algo malo, negativo…, para el supuesto caso de que los niños que presenciaron la obra entendieran esa velada referencia.


Creo que sí se está empezando a extraer algo positivo del revuelo que ha causado esa representación carnavalesca en Madrid (que previamente en Granada había pasado desapercibida), y es que nos está haciendo reflexionar sobre el problema de la protección de los niños y de su educación: de todos los niños, que constituirán y construirán el futuro de España.


Los artistas titiriteros representaron ante un nutrido grupo de niños una obra con numerosas acciones violentas, como el ahorcamiento de un guiñol vestido de juez, el apuñalamiento de un policía, la violación de una monja y su apuñalamiento posterior con un crucifijo. Y además exhibieron la famosa pancarta de 'Gora Alka-ETA'.
Si a los niños se les inculca violencia y mala educación serán violentos y serán mal educados; si se les da a entender que la policía y las autoridades son seres malvados capaces de cometer cualquier fechoría, rechazarán el estado de derecho y crecerán con esas ideas, sin aceptar el valor de las instituciones; si se muestra a un niño pequeño la escena de la violación de una mujer (da igual que sea bruja o monja, pues el personaje de la obra era ambiguo) es posible que lo considere divertido y es más probable que el día de mañana sea un maltratador o un violador…


No fue enaltecimiento del terrorismo, pero sí enaltecimiento de la subversión, manipulación y deseducación de niños, fomento de la violencia y del sexismo. Y no solo deberían ser castigados los que lo hicieron y permitieron, sino también los padres de Granada y de Madrid que llevaron a sus hijos a ese espectáculo y no protestaron o se fueron en cuanto comenzaron a ver de qué iba.


Fue Mandela quien dijo que la educación es el arma más poderosa que se puede usar para cambiar el mundo. Y resulta que ahora están ocupando puestos de responsabilidad personas que pretenden cambiar el mundo en un sentido muy concreto. La concejala de cultura de Madrid y todos los que la apoyan son un claro ejemplo de eso.
Tener un hijo y no educarlo, o "deseducarlo" para que sea un ser antisocial, un delincuente, debería estar tipificado como delito. No lo está porque se supone que todos los padres somos responsables. Pero ya se ve que no es así. Hay que tomar medidas por puro instinto de supervivencia de nuestra sociedad. Hay que tomar medidas sobre todos los medios y contenidos que forman parte del proceso educativo de todos los niños de España y eliminar la violencia, el sexismo, las ideas xenófobas… y potenciar en cambio los valores positivos de consenso. Es urgente. A ver si los títeres nos hacen reaccionar.
 

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