Opinión

Podemos y el Islam

El problema son los nuevos aliados que, como Podemos y sus franquicias, cierran  filas a junto a quienes, invocando elmulticulturalismo tratan de deshabilitar los elementos más característicos de nuestra propia cultura e identidad históricas. Ya se está haciendo en progreso continuado. Y no es porque otros colectivos que conviven con nosotros, lejos de asumir los valores del pluralismo y adaptarse a la cultura social y al espacio civil donde pretenden vivir, traten de imponer sus propias pautas culturales, para ellos irrenunciables, todavía a costa de que amortigüemos o simplemente renunciemos a las nuestras.Lo peor son sus nuevos postulantes en ciudades como Madrid, Barcelona, Sevilla, Cádiz, Ferrol, Santiago o A Coruña y esa serie de personajes inevitables que siempre aparecerán en primera fila de la última manifestación de obligada cita de los que se consideran los progres de reglamento.
Porque la vanguardia ya no la ejercen las organizaciones de carácter musulmán que mantienen continuadascampañas, en orden a desposeer, deslegitimizar o revisar los fundamentos que han sido considerados los soportes de la personalidad colectiva de los españoles y de sus manifestaciones tradicionales. Ya los rebasa Podemos.En nombre del Multiculturalismo, y con la justificación de prevenir o desmontar la islamofobia, Podemos y sus franquicias han ocupado el lugar de ciertos sectores extremos contra culturales, con propuestas tan definidas como reivindicar la restitución de la Catedral-Mezquita de Córdoba al culto musulmán, previa apariencia de transformación en un centro multicultural,  a lo que ahora se une la sorprendente reivindicación de la Giralda de Sevilla. De seguir, continuará la Alhambra de Granada, el Generalife, la Alcazaba de Málaga, la de Jaén, la de Almería…Hasta la catedral de Santiago.
Se ha seguido el guión de una revisión histórica que hace tiempo advertí en este mismo foro.  A saber:
1.    La Reconquista en una falacia histórica. La expulsión de los musulmanes fue una guerra civil entre españoles, perdida por un bando.
2.    Santiago Apóstol es un mito y la herencia y espacio socio-cultural que produce un invento artificial.
3.    La toma de Granada fue un acontecimiento desgraciado. La conmemoración de este hecho es una afrenta a la comunidad musulmana.
4.    Fue la intolerancia cristiana la que rompe el equilibrio y la convivencia entre las tres religiones.
5.    Hay que suprimir determinados festejos populares, como las celebraciones de “Moros y cristianos” porque ofenden a la comunidad musulmana.
6.    Deben revisarse todos las manifestaciones artísticas, gráficas, monumentales, artísticas o simbólicas que pueden incurrir en el supuesto anterior (por ejemplo, suprimir las cabezas de moro del escudo regional de Aragón).
7.    La historia debe ser reinterpretada en función de los principios del “multiculturalismo”.
Conviene no olvidar que entre las propuestas de los Círculos Musulmanes de Podemos se encuentra la de convertir en españoles a los marroquíes y otros ciudadanos de la cuenca mediterránea, que acrediten la condición de descendientes de los moros de las Alpujarras, el reino de Granada, Aragón, Extremadura y Valencia, expulsados tras sus sucesivas rebeliones, alguno de los cuales se convirtieron en temibles pirata sarracenos que atacaron la costa andaluza y levantina.
Si no comulgas o simplemente discutes estos preceptos, eres un “islamófobo”.
Se trata de  tabla rasa de determinados fundamentos socioculturales sobre los que reposa la identidad española, fuertemente enraizada en el alma colectiva, socialmente estable y que nunca ha sido cuestionada por la inmensa mayoría de la población. Y para ello se aprovecha cualquier evento, como acabamos de ver, y en lugar de marchar en solidaridad contra los brutales atentados de París, se cierran filan en un equívoco intento de mantener la imposible equidistancia en un momento en el que no caben dudas.Y en modo alguno eso significa, como en este caso, que por reconocer la necesidad de una respuesta adecuada por parte de Europa y de una política común, en todos los frentes, contra el califato, se propugne que se causen víctimas civiles o que se castigue a inocentes atrapados en medio de la vorágine de un conflicto que se debe ganar.
Pero frente a esta ceremonia de confusión que orquestan y concelebran los caídes de Podemos, siempre en posesión de la verdad, no perdamos de vista que también hay muchos musulmanes que, sin renunciar a su identidad, prefieren vivir al modo occidental y no regresar al mundo que dejaron atrás. Y es cierto que no podemos meterlos en el mismo saco, sino dar confianza en su propio estímulo, especialmente de las mujeres que quiere tomar sus decisiones en todos los aspectos de sus vidas. Es con estos musulmanes con quienes hemos de evitar ser injustos o en todos los sentidos. Son ciudadanos comunes como nosotros y las primeras víctimas de la propia intransigencia, del terrorismo, del salafismo y de quienes lo sostienen o comprenden.
 

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