Fuentes republicanas expresaron sus recelos hacia el acto de toma de posesión de Torra, no sólo por su brevedad y austeridad, sino también por la organización del evento, muy "cerrado, poco transparente y sin invitados".
En las filas de ERC, generó cierta inquietud la posibilidad de que, detrás de esta escenografía sobria, haya una apuesta por una presidencia poco efectiva y subordinada a la figura de Puigdemont.
Por su parte, la líder de la oposición y de Ciudadanos en Cataluña, Inés Arrimadas, opinó que con su "ideología xenófoba y racista" Torra "no debería haber sido nunca" presidente de la Generalitat, una elección con la que los propios independentistas han cometido un "gran error".
La portavoz de PSC-Units, Eva Granados, calificó de "triste y pobre" el acto, que ve un "menosprecio" a las instituciones catalanas y evidencia que Torra es "provisional" y no "mandará".
El jefe de filas de la CUP en el Parlament, Carles Riera, criticó la toma de posesión porque "acata" el marco legal español y añadió que "no es un paso positivo".
El presidente del PP Catalán, Xavier García Albiol, aseguró que la toma de posesión de Torra, sin representantes del Gobierno, es "un ejemplo más de la anormalidad política" en Cataluña. n
