Los representantes de los concellos implicados y la Xunta mantuvieron ayer sus posturas en la interpretación de convenio firmado por Vigo, que podría acabar en un contencioso
En lo que a Transporte metropolitano se refiere, todo sigue igual. La primera reunión del Comité de Seguimento desde que Vigo se adherió al Plan de la Xunta no logró establecer un calendario concreto para la incorporación efectiva de los autobuses urbanos vigueses. Una vez más, las dos interpretaciones del convenio enfrentaron a dos bandos, el integrado por los representantes de la Consellería de Infraestructuras y los seis alcaldes del Partido Popular, contra el liderado por el Concello de Vigo y apoyado por los seis municipios restantes, gobernados por el PSOE, el BNG y los de Mareas. La Xunta se comprometió a enviar el acuerdo en discordia a la totalidad de los municipios, para que sean sus correspondientes servicios técnicos quienes los estudien. Posteriormente se convocará de nuevo al Comité técnico en donde se votará la interpretación que se quiera asumir.
Los primeros, encabezados por el gobierno autonómico, exigen que se aplique el convenio marco del Transporte en Galicia al que remite, tal y como dicen, el documento firmado en su día por Abel Caballero. Apuntan que el uso de la tarjeta metropolitana tendría que aportar los mismos descuentos que la actual tarjeta verde dentro del ámbito urbano, con un coste por billete de 87 céntimos y dos transbordos gratuitos en los primeros 45 minutos. Si el acceso a la ciudad es a través de un autobús interurbano o barco, la Xunta costearía la diferencia del primer viaje. En caso de no usar previamente la tarjeta, el coste de los trayectos en la ciudad correrían exclusivamente a cargo del Concello. En el otro extremo se encuentra el gobierno vigués. Reclama que las subvenciones en Vigo solo se apliquen si se llega a la ciudad en transporte metropolitano, nunca en vehículo propio, y tan solo subvencionará dos transbordos: uno de entrada y otro de salida.
En un punto medio se sitúo la postura de los regidores de O Morrazo. Tanto Ledicia Santos, de Moaña como Xosé Manuel Pazos, de Cangas, solicitan que se ponga en marcha el Transporte en Vigo asumiendo los aspectos en que coinciden. “Queremos que comience a funcionar cuanto antes porque por un ‘enconamiento’ político son los vecinos los que están sufriendo”, apuntó Santos, quien pidió “a riesgo de parecer pesada” que “las posturas se aparten del debate político”.
Al encuentro, presidido por la conselleira Ethel Vázquez, acudieron los once alcaldes (Mos, Redondela, Fornelos, Baiona, Nigrán, Soutomaior, Moaña, Cangas, Salceda,Salvaterra y Pazos); tan solo se ausentaron dos, la de Porriño, que excusó su falta por enfermedad, y el de Vigo, que envió en representación a tres concejales. El primero de ellos, David Regades comenzó su comparecencia ante la prensa lamentando que el Transporte siga sin avanzar. Interpretó la reunión como “el semáforo en verde”, pues aseguró que “la mayoría de los alcaldes aceptarían nuestra fórmula”.
Todo lo contrario consideró la conselleira Ethel Vázquez quien no ve avance posible. Espera “sentido común” en el próximo comité y que todos los alcaldes hagan la misma interpretación. En caso de mantenerse las discrepancias, la salida pasaría por acudir al contencioso administrativo.
La homologación de las canceladoras y la elaboración de los software es otro aspecto en lo que difieren ambas partes. Mientras, el Concello de Vigo asegura que mañana (por hoy) presentarán los programas, desde la Xunta aseguran que aún no les han remitido las canceladoras que se instalarán en los autobuses urbanos para introducirles los códigos.
“La Xunta nos chantajea”
Abel Caballero, que no acudió a la Comisión Técnica “porque convocaron sin consultar mi agenda”, aseguró que desde la Xunta “chantajean a Vigo, porque pretenden que Vigo pague mucho más allá de lo que pone el convenio”. Aseguró que el PP “está en situación de deteriorar la ciudad”. Apuntó que el gobierno autonómico pretende reventar el Área metropolitana, por lo que anunciaron la presentación de un contencioso, pero aún así quieren que Vigo pague.n
