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Los últimos isleños reivindican la pequeña colonia de las Cíes

El pequeño cementerio de la isla, ahora en perfecto estado tras su restauración, con seis tumbas en total bajo la arena de la playa.
photo_camera El pequeño cementerio de la isla, ahora en perfecto estado tras su restauración, con seis tumbas en total bajo la arena de la playa.

El Parque Nacional mantiene exentas tres viviendas del entorno del antiguo monasterio

Obdulia Sotelo es nieta e hija de isleños. Siendo niña vivía con su hermana en Cíes durante todo el año y ahora lo hace desde marzo a octubre gracias a que es una de las pocas personas que dispone de una vivienda permanente en la isla del centro, la del Faro, donde queda el último reducto de colonos de Cíes, apenas tres casas y unas cinco o seis personas, sin contar el restaurante y el bar de Serafín, también con residencia permanente. Tres casas excluidas del Parque Nacional, como una especie de aldea en el interior. Su padre todavía está en la isla de forma permanente.  
Aunque a Obdulia Sotelo no le gusta salir en los medios, sí quiere puntualizar algunos detalles, sobre todo uno: el cementerio vuelve a estar plenamente operativo. El pequeño camposanto está ahora bien cuidado y cerrado para evitar que se repitan situaciones del pasado. En su interior hay un grupo de tumbas, entre ellas la de su abuela, que se llamaba como ella,  un matrimonio que vivía en la isla Sur, que era familia, y los niños Alicia y Manuel. Y además una tumba sin nombre, de una persona que apareció en la playa. "Se puso un candado y un portal para tener un poco de respeto", comenta. También que aún queda que arreglar para evitar que el viento que sopla con fuerza en una esquina de Rodas no vuele la tierra y el cementerio acabe desapareciendo.
"Mis padres vivieron hasta el año 2000 en Cíes, de la pesca y de lo cultivaba mi padre, algo de Icona (que gestionaba las islas) y de un negocio que montó mi madre", explica. Las hermanas estudiaban en Nigrán y después pasaban los verano allí.  "Soy de la isla. Lo que más me gusta el mes de mayo es una maravilla " y como paraje "La silla de la reina".  Y un temor expresado: "Tengo la sensación de que las playas son más pequeñas ahora, tanto Rodas como Figueiras, creo que cuanto más cubren el mar en Vigo más rápido nos vamos a quedar sin playa". 
"Hay muchos días que la isla es para nosotros solos, para mi hermana y para mí y los forestales. Nosotros queremos seguir allí, y que la casa pase a nuestros sobrinos, de vender nada. Ni aunque pudiera ser casa rural, somos unos enamoradas de la isla. Además, los inviernos no son duros allí, antes sí, pero ahora no". 

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