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Las secuelas de un atraco mortal

Los impactos todavía son visibles, un año después.
photo_camera Los impactos todavía son visibles, un año después.

El fatídico asalto a un banco el 28 de noviembre de 2014 en el que murió una policía permanece en la memoria 

Un año después del atraco a una sucursal bancaria en O Calvario que derivó en un trágico tiroteo con la muerte de una agente de policía, el propio asaltante y dos heridos, los vecinos del barrio mantienen todavía en su memoria aquel fatídico día.
“Eso es algo que no se olvida, por mucho tiempo que pase”, asegura Asun, una residente de toda la vida. Aún así, reconoce que “hemos tenido que enfrentarnos a ello y continuar con nuestras vidas”.
María Teresa, propietaria de una mercería en la calle que llevará el nombre de Vanessa Lage, la agente fallecida, coincide en que aquel suceso marcó mucho al barrio, “durante meses, no se hablaba de otra cosa. Aquel día yo ya había cerrado pero mi marido precisamente por la mañana acudió al banco. Cuando me enteré al llegar a casa, no me lo podía creer”.
En el portal justo al lado de la oficina de Abanca donde Vanessa y su compañero Vicente Alló se toparon  de frente con los disparos de Enrique Lago Fariñas, “El escayolista”, todavía son visibles los impactos de bala. “Fue un suceso muy grave pero lo pudo haber sido todavía más, por la hora en la que se produjo y cómo fue”, recuerda José Luis Alfaya, que vive en dicho inmueble. A pesar de aquello y de la sucesión de hechos violentos que ha registrado el barrio en el último año, él se siente seguro, “llevó aquí viviendo más de diez años y nunca tuve problemas. Lo que pasó podía haber sucedido en cualquier sitio de Vigo”.
José Alonso y Alejandro de Vilas  también recuerdan el 28 de noviembre del año pasado. “Cómo olvidarlo”, lamentan, aunque afirman que “todo ha vuelto a la normalidad, es ley de vida”. Según cuentan, “nadie dejó de acudir al banco, porque de un atraco no está libre nadie”. De hecho, José reconoce un aumento de la delincuencia, “el otro día robaron el bolso a una vecina cuando salía de la compra”. A su juicio, “la población en O Calvario ha crecido mucho y quizá seria necesaria más presencia policial”.
Sobre que la actual travesía José Antela Conde pase a llamarse Vanessa Lage, en memoria de la policía fallecida, no hay discusión. “Está bien que se la recuerde y que nadie olvide lo que aquí pasó”, dice Asun. 
De la misma opinión es María Teresa, quien asegura que a raíz de lo ocurrido, “aunque no hay miedo sí miras a un lado y otro cuando entras al banco”.
Ayer, un año después, el lugar donde caía abatida Vanessa amanecía con velas encendidas y flores en su recuerdo.n

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