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La Policía descarta un cómplice en el crimen de Sárdoma

El cuerpo era encontrado el pasado día 7 de enero en el camiño Pontillón, junto al Lagares, oculto entre ramas.
photo_camera El cuerpo era encontrado el pasado día 7 de enero en el camiño Pontillón, junto al Lagares, oculto entre ramas.

La investigación sobre la muerte violenta del octogenario Manuel Alonso Rivas concluye  con un único presunto autor, su hijo menor, en prisión provisional

nnn La muerte violenta del octogenario de Sárdoma, cuyo cadáver fue encontrado envuelto en plásticos y maniatado en el camiño Pontillón, junto al Lagares hace casi dos semanas está prácticamente resuelta policialmente. Aunque la instrucción judicial se encuentra en fase inicial y todavía quedan pendientes los análisis de todas las muestras recabadas por la Policía Científica para corroborar con pruebas el esclarecimiento de los hechos, los agentes dan por resueltas las incógnitas sobre este suceso. El caso apunta a un único autor y descarta posibles cómplices o colaboradores.
La Policía considera presunto homicida al hijo menor de la víctima, de 43 años, que se encuentra en prisión provisional por orden del juzgado de Instrucción 8 de Vigo. 
Él mismo se derrumbó antes de su detención y confesó haber matado a golpes a su padre.
Lo dijo hasta en dos ocasiones delante de la secretaria judicial primero y de varios policías después, aunque no en una declaración formal en Comisaría y no habría dado más detalles al encontrarse en estado de shock y no recordar todo lo ocurrido. Posteriormente, ya con su abogado, colaboró activamente con la justicia cuando prestó declaración ante el titular del juzgado de Instrucción 8.
El presunto autor está en prisión por un supuesto delito de homicidio doloso, es decir que no fue accidental. 
El crimen se habría producido a primeros de año, días antes de que la hija de la víctima interpusiera la denuncia de desaparición en Comisaría. El presunto homicida y su padre, que residían en la misma finca pero en viviendas separadas, habrían mantenido una discusión motivada por las malas relaciones familiares entre ellos y que se habrían agravado tras el fallecimiento en noviembre de la madre del sospechoso y mujer de la víctima.
En un momento de ofuscación, el hijo habría golpeado a su padre supuestamente con un objeto contundente y posteriormente, por miedo, habría tratado de ocultar el crimen. Ocultó el cuerpo en plásticos y una sábana, tapando la cabeza, que mostraba las consecuencias de los fuertes golpes, y trasladó su cuerpo hasta el lugar donde unos días después fue encontrado por un vecino y su sobrino.
Hasta ahora el secreto de sumario, pendiente de levantamiento, impide conocer los detalles de ese traslado, si bien la Policía sospechaba que el cuerpo pudo trasladarse en la propia carretilla que el padre utilizaba para llevar leña. Lo habría hecho de madrugada por un camino cercano a la vivienda y que se dirige directamente hacia el camino donde fue hallado, camuflado entre hojas y ramas.
Para corroborar la tesis, se cuenta con muestras de ADN recogidas del cuerpo y los elementos dispuestos sobre él, como el cinturón con el que estaban atados sus pies o la cinta en sus manos, así como en la sábana y los plásticos.
El cadáver presentaba varios golpes, concentrados principalmente en la cabeza, que habrían sido propinados con extrema violencia.n

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