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Las plazas para discapacitados aumentaron un 51% desde 2010

Las plazas de discapacitados, los nuevos pasos de peatones o las escaleras mecánicas para mejorar la accesibilidad.
photo_camera Las plazas de discapacitados, los nuevos pasos de peatones o las escaleras mecánicas para mejorar la accesibilidad.

En la ciudad hay un total de 567 plazas de este tipo, entre otras mejoras en accesibilidad

nnnEn los últimos cuatro años se han creado 291 plazas nuevas para discapacitados en la ciudad, aumentando hasta las 567 en total, con un incremento del 51 por ciento. Estos nuevos aparcamientos para personas con movilidad reducida se han habilitado tras las diversas humanizaciones emprendidas desde el inicio del pasado mandato, en 2007, que han supuesto actuaciones de mayor o menor calibre en un total de 510 calles del casco urbano y de las parroquias con 160 millones de euros –gran parte procedentes de los dos plan E financiados por el Gobierno en 2009 y 2010–. En total, se han reformado 160 kilómetros de extensión, prácticamente la distancia que separa Vigo de A Coruña. 
Las nuevas plazas para discapacitados, que pueden utilizar las personas empadronadas en la ciudad y con una minusvalía superior al 7 por ciento tras solicitar la correspondiente tarjeta en el Concello, se suman a otro tipo de actuaciones encaminadas a mejorar la accesibilidad como una docena de nuevos semáforos con señales auditivas para facilitar a los invidentes el poder cruzar o las actuaciones en las aceras hacia los pasos de peatones para facilitar el paso de sillas de ruedas. 
Quedan pendientes todavía actuaciones dentro del programa Vigo Vertical para facilitar la comunicación entre las interminables pendientes que caracterizan la ciudad, entre Beiramar y el Castro. Entre ellas, la primera iniciativa fueron las escaleras mecánicas de Porta do Sol, todavía inoperativas, que facilitarán el acceso desde el Sireno hasta el Concello si bien no pueden ser empleadas por discapacitados que se desplacen en sillas de ruedas, algo que puso de manifiesto un grupo de discapacitados el día que se instaló el dispositivo. “Es inviable colocar en esa zona un ascensor”, respondió Abel Caballero a las críticas de este colectivo. 
Sí será posible, no obstante, instalar un elevador entre Camelias y su paralela Menéndez Pelayo para comunicar estas dos calles, separadas por una pared de veinte metros de altura. El elevador, con un presupuesto de 630.000 euros, está en fase de licitación y se prevé que tenga capacidad para transportar en cada viaje a unas 25 personas.
Encaminado a mejorar la movilidad de los ciudadanos también estuvo el proyecto del autobús eléctrico del Casco Vello, que costó un millón de euros en el pasado mandato y que apenas se mantuvo durante unos pocos meses hasta ser retirado por las continuas averías y la baja demanda de este transporte que comunicaba la parte baja con la parte alta del barrio histórico a través de las estrechas calles del barrio.
Mucho menos costosa es otra iniciativa puesta en marcha en los últimos meses como es la nueva señalización de los pasos de peatones, con marcas delimitando su extensión pero sin las tradicionales marcas de “cebra” con el objetivo de reducir los resbalones de peatones y también motoristas.
Para llevar a cabo la mayoría de estas iniciativas el Concello se ha puesto en contacto con colectivos como ONCE o la Confederación Gallega de Personas con Discapacidad (Cogami) para recibir asesoramiento a la hora de eliminar barreras arquitectónicas en aseos públicos o cabinas de teléfono o poner en marcha nuevos proyectos como el reconocido y premiado Jardín Sensorial del Pazo de Castrelos o el popular programa para facilitar el baño a discapacitados en las playas del verano.n

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