Los trámites de compra del solar en Gran Bretaña retrasan hasta diciembre la reconstrucción del antiguo restaurantexisten muchos castillos de piedra. Y el edificio en forma de castillo “es un castillo”, resaltó.n
Las 4.000 piedras numeradas que conforman los restos del antiguo restaurante El Castillo de O Castro permanecerán almacenadas en el puerto vigués al menos hasta diciembre, a la espera de ser trasladadas a Gran Bretaña para poner en marcha el proyecto del empresario Thomas Rothschild, quien adquirió el edificio antes de su demolición para reconstruirlo en un lugar próximo a Bath, en el sur de Inglaterra. Aunque en un primer momento, la promotora preveía poder tener listos los permisos y trámites para las obras este verano, el inicio del proyecto se ha pospuesto hasta finales de año.
Según explicó el arquitecto técnico Ángel Costas, encargado del desmontaje y numeración de las piedras, “la última previsión es de poder iniciar las obras en diciembre, tras solventar los trámites de compra del solar que es lo que ha retrasado algo el proyecto”.
Las obras de demolición comenzaron a finales del año pasado y en enero, las 800 toneladas de piedras, numeradas y empaquetadas fueron guardadas en un almacén del puerto.
Costas asegura que “el traslado de las piedras se hará en el momento en el que el terreno esté listo para poder iniciar su colocación, por lo que éste se hará de un solo viaje y se moverán una sola vez”. Así, el técnico, que tiene previsto viajar hasta la localidad británica donde se reconstruirá el que fuera emblemático edificio vigués para supervisar los trabajos, afirma que “primero se harán los trabajos del terreno, de cimentación por lo que esperamos que a finales de año podamos trasladar las piedras”.
La idea del empresario británico es poder levantar el edificio que hasta hace unos meses se situaba en el monte de O Castro en Vigo, en Inglaterra, para lo cual, durante estos meses, además de la adquisición del terreno se han tenido que realizar todos los trámites referentes a los permisos pertinentes, también para el traslado de las piedras en un viaje cuyo presupuesto el promotor cifraba entonces en cerca de dos millones de euros.
Rothschild decidió adquirir el edificio demolido porque según declaró en su momento, “un día subí y vi que la demolición había empezado y conocí a un experto en piedra gallega que me dijo que él podría desmontarlo, piedra a piedra, y moverlo a cualquier parte del mundo. Así que me dije: hagámoslo, conservemos la historia”. “Nunca podrá tener las bonitas vistas de aquí ni las islas Cíes, pero queremos que sea tan original como cuando se construyó”, declaraba poco después de la adquisición, convencido de que en Inglaterra se disfrutaría mucho del edificio, ya que allí existen muchos castillos de piedra. Y el edificio en forma de castillo “es un castillo”, resaltó.n
