Alejandro Vila es jefe de personal subalterno del área sanitaria y es el presidente del comité organizador, junto con José Rouco.
Hace dos años propusieron en Huelva la posibilidad de organizar el congreso nacional en Vigo y se aceptó. Hasta entonces ya se había celebrado en Lugo y Ourense. En el área sanitaria de Vigo trabajan 550 celadores, de los más de 2.000 que hay en los hospitales gallegos del Sergas.
¿Cuáles son las principales preocupaciones del colectivo?
Lo dice nuestro lema, “haciéndonos visibles”. Creemos que formamos parte de la familia sanitaria y en cambio somos los grandes desconocidos. Todo el mundo conoce la enfermería y a los médicos, pero para que ellos puedan realizar su labor necesitan a los celadores al lado, que son lo que surten el material, trasladan el mobiliario, movilizan al paciente, se lo colocan en la mesa quirúrgica, etc. Todo eso sin nuestra presencia no se haría y sin embargo hay mucha gente y muchas instituciones que lo desconocen.
Pero los pacientes sí lo valoran.
Muchísimo. Ellos valoran mucho una palabra amable o simplemente una buena información.
¿Qué formación tienen?
Para ser celador hay una cualificación básica que es de traslado de pacientes y demás, pero nosotros estamos tratando de que esta cualificación sea incrementada a una FP Básica para conseguir con ello que nos consideren personal sanitario. A día de hoy y aunque parezca increíble somos personal no sanitario. Es muy curioso estar tratando con pacientes todo el día y no ser sanitario.
¿Es una aspiración a nivel estatal?
Sí, solo hay una comunidad autónoma, que es Navarra, que lo tiene.
¿Fomentan la cultura de grupo en Vigo?
Somos un colectivo muy unido, desde jefatura (aunque yo soy uno más) siempre tratamos de que los celadores se impliquen en el trabajo y participen, es la forma de motivarlos.
¿Qué papel pueden desempeñar los celadores en la humanización?
Nosotros somos los que recibimos al paciente y los que lo trasladamos. Cuando los recibes con una sonrisa, una información o preguntando qué tal durmió la gente lo agradece mucho, sobre todo los mayores. Es más eficaz que muchos tratamientos. Eso es la humanización. En una sociedad como la que vivimos de tanto avance perdemos unos valores que deberían perdurar en el tiempo.
