Los robos, hurtos y agresiones, mayoritariamente violencia hacia los padres, son los principales delitos atribuidos a adolescentes. La estadística de infracciones refleja la escasa incidencia de casos especialmente graves
La media anual de menores que son detenidos o investigados por la Policía Nacional, Local o la Guardia Civil en Vigo y su área se sitúa en los últimos ochos años en alrededor de 200. La estadística de criminalidad del Ministerio de Interior refleja que en toda la provincia, la cifra ha llegado a superar los 300, si bien desde 2013 se registró un descenso que sólo repuntó en 2016 y que se mantuvo durante el pasado año.
Los registros policiales destacan que los delitos más comunes entre los adolescentes con edad penal (de los 14 a los 17) son los relacionados con las agresiones, lesiones o violencia y principalmente contra el patrimonio (robos y hurtos), algo que apenas ha variado desde que se tienen registros.
De esta forma, el 53% se refieren a robos (115) , mientras que el 20,3% a agresiones o lesiones (44), con especial relevancia las que se derivan de la violencia filioparental (la que se ejerce de hijos a padres) y que suponen la mitad de los delitos contra las personas.
“No es que ahora haya más violencia entre los menores o más delincuencia adolescente, sino que habiendo los mismos niveles, el número de denuncias es mayor”, explica Inma Araújo, psicóloga del programa con adolescentes en conflicto de Alborada y vicepresidenta de Amino Galicia (Asociación contra el Abuso Infantil). “En el caso de la violencia filioparental, cada vez hay más familias que se atreven a dar el difícil paso de denunciar a su hijo”, explica la psicóloga que lleva veinte años trabajando con jóvenes de entre 12 a 18 años. En lo que sí incide Araújo es en que “en la actualidad hay nuevos modos de violencia. Las nuevas tecnologías hacen que delitos como el acoso escolar superen las fronteras del propio colegio”.
No todos las investigaciones y detenciones acaban en juicio o condenas y las mayoría son medidas judiciales que no llegan al internamiento en un centro de menores, una reclusión dirigida a penas más altas por casos especialmente graves.
En este aspecto, las estadísticas, desde que hay registros en 2010, indican que la incidencia es muy pequeña. En toda la provincia de Pontevedra sólo se registró un crimen atribuido a un adolescente de 15 años. El menor fue condenado a seis años de internamiento con tratamiento psiquátrico por la muerte con arma blanca de una vecina de 72 años de O Viso, en Redondela, en 2012, y las lesiones a su marido.
En cuanto a las agresiones sexuales, fueron detenidos 53 adolescentes en ocho años de los más de 1.200 que además fueron investigados tanto en Vigo y su área como en el resto de la provincia.
Para la psicóloga, todas las charlas informativas hacia los adolescentes y los programas que se realizan desde distintos ámbitos “son necesarias y deben ser complementadas con una educación de base en valores, empatía o habilidades sociales entre otros aspectos”.
