La agrupación sinfónica de la ciudad ofreció ayer un concierto con repertorio cien por cien español, donde las invitadas especiales fueron una cantaora de flamenco, María Toledo, y una directora, Irene Gómez-Calado
nnn El concierto que ofreció ayer la orquesta sinfónica Vigo 430 no tuvo nada de ordinario. El Auditorio Mar de Vigo, en Beiramar, acogió un recital con un repertorio cien por cien español y con dos mujeres como invitadas especiales: Irene Gómez-Calado, a la batuta y María Toledo, cantaora.
“No es muy habitual ver a una mujer dirigiendo una orquesta, pese a las dificultades las cosas están cambiando y queda demostrado que la mujer no es menos que el hombre en la música, incluso yo diría que es superior, porque además de la fuerza física de repertorios como este, dirigir una orquesta requiere una conciencia sentimental de la que carecen muchos hombres”. Así, Gómez-Calado afirmó que su aportación a los temas interpretados ayer pasa “por sentir la música como lo hicieron sus compositores y comunicarla al público a través de los músicos”. Además añadió que su origen es un punto a favor: “Como ellos (Manuel de Falla y Joaquín Turina) soy Andaluza y de sus obras se desprende la fuerza del flamenco con la que yo me he criado”. Para la directora, la elección del repertorio es excepcional, ya que “es español, cuando lo normal es tocar música europea”. Destacó la fuerza y la pasión de cada pieza, unas características que requirieron el trabajo extra y añadió “fue fantástico trabajar con esta orquesta, por lo receptivos y atentos que mostraban en cada ensayo”.
La cantaora de flamenco, María Toledo, participó cantando “El amor brujo”, una de sus especialidades: “Jamás me imaginé que la iba a cantar tanto, pero esta es la primera ocasión que lo hago en España y la primera vez que actúo en Vigo”. Para Toledo, la fuerza de estos temas requiere un doble esfuerzo: “Es profundo, intenso, hay que darlo todo para mostrar a una mujer que ha sentido tan intensamente y le han fallado”. Una mezcla de voz flamenca y disciplina clásica, donde María Toledo bailó, afianzando el contraste. “Es difícil encajar, pero a partir del primer ensayo nos vamos adaptando de forma muy rápida”, aseguró.
La Orquesta Sinfónica Vigo 430, con más de un 60 por ciento de mujeres entre sus músicos, quiso con este concierto avanzar las celebraciones previstas por el Día Internacional de la Mujer Trabajadora, el 8 de marzo.n
