CARMELA SILVA Presidenta de la Diputación de Pontevedra

“El modelo será distinto, no vamos a repartir sobres, eso se acabó”

Carmela Silva es la primera mujer en presidir la Diputación de Pontevedra.
photo_camera Carmela Silva es la primera mujer en presidir la Diputación de Pontevedra.

"Voy a ser la presidenta de los 62 ayuntamientos, hay que empezar a dar ejemplo y voy a atender a todos igual"

Carmela Silva (Vigo, 1960) ha marcado un hito histórico al convertirse en la primera mujer que preside la Diputación de Pontevedra. Maestra y licenciada en Derecho tiene a sus espaldas un amplio bagaje político. Es madre del futbolista Iago Falque.
¿Cómo van los primeros días? 
Están siendo muy intensos de trabajo. Este viernes (por hoy) hacemos el pleno de organización, probablemente no hay otra administración que haya sido tan rápida en sólo una semana.  
El primer acto como presidenta de la Diputación ha sido muy simbólico, con mujeres.
Quise dejar claro que la defensa de la igualdad será uno de los principios que va a mover toda mi acción política en la Diputación.
Pero no ha habido un traspaso de poderes para ponerse al día.
Así es, no se produjo ese traspaso de poderes, que no es obligatorio, pero es difícilmente entendible, desde el punto de vista democrático, que el que deja una institución que pasa a ser gobernada por otra persona y otro grupo político no haga ese esfuerzo. Porque no se ha puesto a disposición de la que ahora tiene que gobernar la información de decisiones del pasado que influyen en la vida de los pueblos, en los ciudadanos o en asociaciones. Louzán debió de considerar que no era fundamental hacer ese gesto democrático y el único contacto que he tenido con él fue el día de la toma de posesión que vino a felicitarme. Me parece que no es una forma adecuada.
Así que toca levantar las alfombras.
Pues sí. Toca ir área por área haciendo un análisis de la situación. El lunes visité este edificio y el de enfrente, que tienen las áreas centrales de la Diputación, al día siguiente la oficina de turismo Rías Baixas y hoy (poer ayer) las instalaciones del ORAL que gestionan los tributos de 55 ayuntamientos. Louzán no ha querido ponérmelo fácil pero frente a quien te lo pone difícil la respuesta es trabajo, trabajo y trabajo.
Tendrá que revisar todo.
Creo que es una obligación, incluso si el anterior presidente hubiera sido del mismo grupo político. Creo que cuando entras en una administración tienes la obligación de conocer todo lo que se hace y conocer todos y cada uno de los funcionarios que trabajan contigo. Así que lo haría en todo caso porque hay que tomar decisiones. Sobre todo porque queremos cambiar la situación.
¿Y la relación con los socios del BNG, porque en los gobiernos de dos suele haber tensiones?
Partimos de una base muy importante y es que la negociación fue muy bien. Se hizo en un tono muy cordial buscando siempre el acuerdo. Así que partimos de un buen inicio y a la meta tenemos que  llegar con la imagen de un gobierno unido, estable, que se pone de acuerdo y dialoga respetando la identidad de cada grupo político. Somos dos grupos políticos con una identidad distinta y eso hay que respetarlo. Pero eso lo hacemos cada día en nuestra vida, yo cada día pacto con mi marido cosas y aunque llevo 32 años casada seguimos pactando y no estamos de acuerdo en todo, pero somos capaces de convivir en una extraordinaria relación. La confianza se va generando a medida que se va teniendo relación. Mosquera, que es el vicepresidente y cabeza visible del BNG, y yo como presidenta vamos a tener que hacer mucho esfuerzo de diálogo y entendimiento.
En el discurso de investidura decía que esta nueva Diputación va a ir al lado de los concellos y no por encima. ¿Cómo se concretará?
Lo primero que vamos a hacer es cumplir el concepto con el que se crearon las Diputaciones en la Constitución, que define ese papel como instituciones intermunicipales no supramunicipales, no es una institución que se coloca por encima sino que está al lado de los municipios. Por tanto lo que voy a hacer es cumplir con eso porque hasta ahora no se ha hecho como Diputación constitucional, esto ha seguido funcionando como una Diputación preconstitucional por encima de los ayuntamientos. Estamos para colaborar, para coordinar políticas, para lograr que los servicios básicos lleguen a todos los ciudadanos y en aquellos casos en que los municipios, por su falta de recursos económicos o humanos, no sean capaces de gestionar.
¿Y a la vez adelgazarla?
Lo que decimos es que ya no se puede hacer más. No sólo porque hemos tenido una crisis que ha puesto de manifiesto la necesidad de que los recursos tienen que ser mejor gestionados que nunca, sino porque no responde a ninguna lógica el que varias administraciones presten el mismo servicio y se multipliquen por dos los recursos, a veces por tres e incluso por cuatro. Nadie puede entender que un ayuntamiento esté organizando unas jornadas de basket y que la Diputación organice otras paralelas en el mismo ayuntamiento. Gastamos el dinero de todos los ciudadanos y hay que ser muy riguroso. Será mucho mejor que la Diputación llegue a un acuerdo con ese ayuntamiento para apoyarlo y hacer unas jornadas mejores. Pero eso no estaba ocurriendo y la Diputación se convertía en un cogobierno en las ciudades donde tenía implantación territorial. Eso no puede ser. Las competencias de los ayuntamientos las tienen que prestar ellos con el apoyo de la Diputación si es necesario. Después hay algunas cuestiones de libro, esta Diputación tiene una Escuela de Enfermería ¿alguien lo puede entender, cuando hay una universidad? Pues parece que tiene sentido transferirla a la Xunta para que ese servicio los presten las universidades. O el propio Príncipe Felipe que presta servicios y competencias exclusivas de las comunidades autónomas.
¿Deben tener algún temor ahora los alcaldes del PP?
Ninguno porque yo voy a ser la presidenta de los 62, lo tengo clarísimo. Creo que hay que empezar a dar ejemplo. Yo voy a atender a todos exactamente igual. Claro, hoy es sólo una promesa, pero cuando pase un año espero que sean los propios alcaldes de todas las posiciones políticas los que digan si tenemos una Diputación de todos o de unos pocos a los que se les pide afiliación o carné.
¿Y los colectivos que recibían subvenciones?
Yo es que no creo en la subvención al libre albedrío. Me parece un escándalo, una vergüenza e intolerable que un presidente de una Diputación pueda tener un 20% del presupuesto de libre disposición para ir haciendo reparto clientelar del dinero. El dinero tiene que tener beneficio social. No se puede hacer un reparto aleatorio, discriminatorio y arbitrario. Hay que funcionar de otra forma. Cuando hagamos transferencias a los ayuntamientos para que apoyen a esas asociaciones, que tanto aportan a la sociedad, vamos a exigirles que haya libre concurrencia a la hora del reparto de financiación, que se cumplan los fines para los que se hacen las transferencias, que haya transparencia, que se conozca cómo se gestionan, pero el modelo va a ser distinto, no vamos a repartir sobres, eso se acabó. Me parece que es un modelo que crea clientes y los ciudadanos no son clientes, son personas con derechos. No tengo capacidad para ser un hada madrina que va regalando, somos gestores de lo público.
Decía la portavoz del PP en su discurso que son el único partido que cree en esta institución. Teniendo en cuenta que el Bloque quiere su desaparición ¿cuál es su opinión?
Creo que lo que decía la portavoz del PP es que son los únicos que defienden este modelo, es verdad, estoy totalmente de acuerdo con ella. Un modelo de Diputaciones presidencialista, con una persona que lo lleva todo, que lo reparte todo. Y sin cumplir con los cometidos que encomienda la Constitución usándola para su beneficio partidario. Son incapaces de entender que son instituciones al servicio de los ayuntamientos y no de los partidos. Yo ese modelo obsoleto no lo comparto en absoluto.
En una posible reforma de la Constitución ¿qué encaje tendrían a su juicio las Diputaciones?
Es un debate profundo incluso en mi propio partido. Hay dos posiciones, unos que creen que deberían desaparecer y otra parte que plantea modificarlas para que queden claramente delimitadas las competencias y se dediquen a atender a los municipios que no tienen estructura para prestar servicios básicos. Hay que abrir el debate, pero mientras no se hace gestionémoslas como dice la Constitución.
Y de esas dos corrientes ¿en cuál encaja la presidenta?
Creo que el acierto en la toma de decisiones viene de intentar conjugar y acercar las posiciones que hay. Habrá que sentarse y buscar un modelo en el que todos nos sintamos cómodos. Así se aprobó la Constitución. 

Silva ha empezado con una intensa agenda de trabajo.
 ¿Cómo será ahora la relación de la Diputación con el Concello de Vigo?
Desde luego va a ser una relación de un enorme respeto, claro. La Diputación y el señor Louzán quisieron negar la existencia de Vigo cosa que es imposible, negar la existencia de la ciudad más grande de la provincia de Pontevedra y la más poblada y dinámica de Galicia. Fue una relación de confrontación en el sentido de no apoyar nunca a Vigo, no tener presencia de lealtad institucional con quien gobierna el ayuntamiento, no tener en cuenta a Vigo para proyectos que benefician al área metropolitana. Eso va a cambiar. Vigo va a tener en la Diputación lo que le corresponde. 
¿Para cuándo la reunión oficial con el alcalde de Vigo?
Yo llevo aquí cuatro días y el alcalde, que es muy comprensivo, entiende que tiene que haber un margen para que pueda hacerme con la institución, ponerla en marcha y señalar el camino, para que podamos empezar a coordinarnos. También he querido que mi primera reunión fuera con los alcaldes de ayuntamientos de menos de 20.000 habitantes, el próximo martes, que tanto dependen de esta institución. Aquí se gestionan tributos, la recogida de basura, limpieza o agua. Posteriormente me reuniré con todos y para mí, como usted comprenderá, el día que me reúna con el alcalde de Vigo como presidenta de la Diputación será un gran honor y una gran emoción.
¿Regresará la Diputación al Marco?
No voy a tomar ninguna decisión sobre ningún ayuntamiento sin hablar con el alcalde. Será el alcalde de Vigo, que es el que han elegido los ciudadanos, quien diga cuáles son los proyectos básicos en los que quiere que colaboremos.
¿Sobre el aeropuerto me dirá lo mismo?

Sobre cualquier proyecto. Quiero respetar eso porque me situaría en una situación de supramunicipalidad y eso no lo voy a hacer. 

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