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Mamá Carmela cumple 100 años

Hijos, nietos, primos, sobrinos... la gran familia Gómez-Orellana se reunió ayer en el Aeroclub para celebrar el centenario de Carmela.
photo_camera Hijos, nietos, primos, sobrinos... la gran familia Gómez-Orellana se reunió ayer en el Aeroclub para celebrar el centenario de Carmela.

Más de 100 invitados arroparon ayer, sábado, a Carmela Gómez Orellana en su centenario. La que fue muchos años la cara visible de La Villa de París es memoria viva de la ciudad de Vigo.

Nació el día de Santiago Apóstol, el 25 de julio de 1915, Año Jubilar, en el tercer piso del número 7 de la Porta do Sol. María del Carmen Gómez Orellana, Carmela como le han llamado siempre, celebró ayer su cumpleaños arropada por su extensa familia —117 invitados, entre hijos, nietos, primos y sobrinos—, que no quiso perderse esta celebración, que se iniciaba con una misa en la Colegiata y continuaba en las instalaciones del Aeroclub.
Carmela conserva una mente lúcida que le permite rememorar los hechos más importantes de su vida y, también, de la historia de Vigo, como memoria viva que es ella misma, aunque es uno de sus hijos, Miguel Cuervo, quien trata con la prensa. “Aunque se conserva muy bien, tiene los achaques propios de su edad y se cansa”, comenta.
Cuenta Miguel Cuervo que estos días Carmela ha desvelado historias que nunca antes les habían contado, como cuando esperaban a los 'simones' (coches de caballos que funcionaban como taxis en la puerta del sol) o utilizaban las primeras luces de gas que iluminaron la ciudad para poder coser de noche. Cuarta descendiente de un matrimonio vigués que llegó a tener 11 hijos, su padre era el propietario de La Villa de París, conocido establecimiento de telas y origen de otros comercios emblemáticos como Las Tres BBB. Enseguida se dio cuenta de su don de gentes por lo que, tras estudiar Magisterio con su hermana y ejercer ambas durante la época de la II República en el colegio Cluny, la llamó para que despachase de cara al público. “Ella estaba en la planta baja, donde se vendían las telas. En la planta superior estaban las colecciones”, puntualiza su hijo. Allí estaría desde 1937 hasta 1969, año en que se cerró La Villa de París y se vendió el edificio.
Carmela se casó en 1946 con Pepe Cuervo, con quien tuvo dos hijos: José Ramón 'Cholo' y Miguel, que le han dado cinco nietos. Además de su trabajo, colaboraba habitualmente con la parroquia de la Colegiata en tareas como dirigir el Rosario.
A lo largo de su vida siempre se ha mantenido muy unida a su ciudad, donde ha residido siempre, primero en la casa donde nació, después en otra situada en República Argentina con García Barbón, más tarde en la calle Colón y, finalmente, en la Alameda de Praza de Compostela.
Ha sido “una vida muy tranquila”, en palabras de su hijo, en la que ha visto las mayores transformaciones de la historia de Vigo: desde la llegada de la luz eléctrica a la aparición del tranvía y, ahora, los ordenadores y el teléfono móvil, que utiliza. n

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