fiesta en el monte

La romería del Alba sin sombra

Mujeres de la comisión de fiestas portaron la imagen de la Virgen del Alba en la procesión alrededor de la ermita, después de haber subido a primera hora desde la iglesia parroquial.
photo_camera Mujeres de la comisión de fiestas portaron la imagen de la Virgen del Alba en la procesión alrededor de la ermita, después de haber subido a primera hora desde la iglesia parroquial.

La romería del Alba, con la subida de las imágenes desde la iglesia de Valadares hasta la ermita en la cima del monte, se realizó en esta ocasión en un paisaje quemado, sin apenas árboles. Hace diez meses, la zona fue epicentro del gran incendio forestal.

La primera de las tres romerías del Alba, la de la Virgen, se celebró ayer sin grandes festejos. Permaneció invariable la devoción de los cientos de fieles que acompañaron a la imagen a primera hora de la mañana desde la iglesia parroquial hasta el monte. Fue el recorrido habitual de cinco kilómetros, casi una hora y media andando que finalizó con la primera misa en la ermita. Pero sin embargo, el entorno estaba cambiado. Según avanzaba la comitiva, aumentaban las zonas quemadas y escaseaban los árboles y las sombras.
La organización también varió. Con la retirada del grupo de vecinos que en los últimos años asumió su puesta en marcha (la peña San Campio 2008), una nueva directiva se hizo cargo de la fiesta, la actual comisión de fiestas de San Campio: “Solo tuvimos una semana para prepararlo todo, tomamos el relevo porque no queríamos que la romería dejase de celebrarse”, afirmó Eugenia, una de las integrantes de la comisión, mientras esperaba a que finalizase la misa para portar con sus compañeras la imagen en la procesión del mediodía alrededor de la ermita: “La devoción que despierta la virgen del Alba en los vecinos de Valadares es difícil de explicar, siempre nos encomendamos a ella cuando tenemos algún problema”, reconoció emocionada.
Sin presupuesto y apenas sin tiempo, la organización, con treinta integrantes, consiguió abrir la Casa das Novenas, situada en el refugio en el Alba, para servir las habituales raciones de callos, costilla o empanada. La única fórmula para salir del paso fue ceder la explotación a un bar de la parroquia, el Rial. Logró mantener el servicio, pero el carácter de taberna popular, con preparación casera en mesas corridas se perdió, prevaleciendo los vinos con tapeo a los menús. Los miembros de la comisión celebraron la comida confraternización en el Sanatorio del Alba, a la cual no se quedó el alcalde. Sin muchas ganas de fiesta, Abel Caballero se limitó a acudir a la última procesión de la mañana, sin querer hacer declaraciones a los medios de comunicación, que rompiendo con la tónica habitual, ayer acudieron a la romería para preguntar al regidor sobre O Marisquiño.
Ante la falta de sombra y la escasez de lugares para una comida en el monte, la mayoría de los vecinos decidieron bajar tras los oficios religiosos. En el Alba continuó la jornada amenizada por la charanga Imperiosos, del lugar de Taboexa, en As Neves y la banda de gaitas Sen fol, del concello de Ponteareas. 
Ambas agrupaciones actuaron por primera vez en la romería de la Virgen del Alba.

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