La actual generación de sacerdotes ve en las nuevas tecnologías una herramienta efectiva para llegar mejor a sus feligreses, por lo que las parroquias y el Seminario se apuntan a crear comunidades cristianas en la red
La Iglesia no podía ser menos y también se ha apuntado a las nuevas tecnologías. En la diócesis de Tui- Vigo, cada vez son más los párrocos que apuestan por internet para llegar con más facilidad a los feligreses. A través de las redes sociales con la creación de blogs o webs divulgan el mensaje en las comunidades virtuales.
Así, Alberto Montes, delegado de Pastoral Juvenil y subdelegado de Medios de Comunicación de la diócesis, asegura que con estas herramientas se puede llegar a los más jóvenes: “Hay que traducir el evangelio a los nativos digitales, tenemos que crear un Iglesia atractiva y cálida”. Para Montes, las nuevas tecnologías exigen un esfuerzo de comunicación, ya que “tenemos que expresarnos con brevedad, pero al mismo tiempo profundidad; dos conceptos que no están reñidos”.
A comienzos de año abrió un nuevo blog, El Club de los Coronitas, donde hace un guiño a sus orígenes. “Soy hijo de emigrantes y nací en México”, explica. Su intención es “llegar a la gente no solo para hablar a través de temas de actualidad colgando post e invitando al debate”.
Desde Ponte Caldelas, el párroco David dos Santos apuesta por Facebook como tablón de anuncios y escaparate de la actividad de su comunidad. Con 32 años, está al frente de cinco parroquias rurales: Xende, Xesta, Gaxate, Forzáns y Castro Barbudo, con distancias de hasta 30 kilómetros. “Es lo más eficaz para mandar avisos de última hora como por ejemplo la cancelación de un oficio a causa de un entierro”, asegura. Utiliza su perfil personal, con 600 amigos, y una página de Facebook, con 400 seguidores y más de 3.500 visualizaciones. “En estas parroquias hay muchos vecinos emigrados en Alemania, Portugal o México que solo vienen en verano; les gusta estar al tanto de lo que pasa en sus aldeas”. Lo que más aceptación tiene son las esquelas digitales: “Lo que antes hacían las campanas tocando a muerto, ahora lo hace el Facebook aportando los datos del Difunto; además también como libro de firmas, ya que los vecinos dejan sus condolencias”, afirma. Dos Santos lleva ocho años al frente de sus parroquias. Reconoce que al principio a sus feligreses les chocó la comunidad virtual, pero enseguida se acostumbraron.
En Santa Baia de Mondariz se encuentra al que en la propia diócesis consideran el más innovador en el uso de las redes sociales. Benito Cividanes es un apasionado de internet. Su parroquia está conectada a través de Facebook, Twitter e Instagram, cuenta desde donde emiten en directo la misa de doce cada domingo. “Ofrece el mismo servicio que hizo en su día la radio y la televisión, permite que cuando los mayores se encuentran indispuestos para acudir a la iglesia, puedan seguir los oficios desde casa”, asegura Cividanes, que instaló cámaras y ordenadores en la iglesia para incorporar la parroquia al mundo virtual. “Ahora estamos encantados porque por fin llegó la fibra a Mondariz”, señala. Afirma que los jóvenes de la parroquia están muy implicados y el resto va acostumbrándose poco a poco. “Llegamos a instalar un enciende velas ‘on line’ que se activaba con mensajes de móvil, pero fue demasiada innovación y tuvimos que retirarlo”, reconoce.
Los feligreses más jóvenes de Santa Baia de Mondariz son colaboradores en las misas oficiadas por Cividanes y transmitidas por instragram.
Esta nueva tendencia ya comienza a aplicarse desde el Seminario. Así, Gabriel Gómez, estudiante de 3º curso de estudios eclesiásticos, es el autor de la página www. seminariomayorvigo.com y de su dominio en Facebook. La web funciona desde marzo y ha recibido más de 8.000 visitas. “Las nuevas tecnologías aún están haciéndose un sitio en la Iglesia, tenemos que convencer a los más reacios de que esto no tiene porque ser superficial”, asegura.
Con 21, cuenta con un postgrado en Medios de Comunicación en Salamanca. Su siguiente reto es crear una aplicación desde donde poder consultar los fondos de la biblioteca del Seminario.
