Caballero y Feijóo se citan en Santiago con una amplia agenda "por el bien ciudadano"
El presidente de la Xunta recibirá mañana lunes en su despacho de San Caetano, en Santiago, al alcalde de Vigo. Algo que tendría que resultar normal, que el titular del Gobierno gallego mantenga un encuentro de trabajo con el responsable político de la mayor ciudad de la comunidad autónoma, no lo es en absoluto por un cúmulo de desencuentros que parecen comenzar a enderezarse. Abel Caballero y Alberto Núñez Feijóo coinciden en sus respectivos cargos desde mayo de 2009, cuando el segundo accedió al Ejecutivo autonómico. Caballero acaba de iniciar el tercer mandato, el primero como lista más votada y además con un resultado histórico, en tanto que Feijóo entra en el tramo final de su segunda legislatura, en ambas con mayoría absoluta. ¿Por qué han tenido que pasar cinco años para una reunión?
Las explicaciones varían. Desde el PP se indica que en las ocasiones anteriores en que Abel Caballero pidió un encuentro no había fijado una agenda, mientras que ahora sí hay un orden de trabajo con aspectos concretos. Pero lo que ha pesado es el resultado contundente en las municipales: el primer paso fue la llamada de Feijóo a Caballero. Fuentes del Gobierno gallego señalaron ayer a este diario que con la reunión se busca “normalizar unas relaciones y abrir una etapa que supere el bloqueo permanente, porque no beneficia a los vigueses”. Desde el Concello el propio regidor prefirió no hacer ninguna declaración en los últimos días y explicó que trata de evitar cualquier malentendido que pueda arruinar el encuentro después de años presididos por una dura confrontación desde el ayuntamiento vigués.
En el orden del día ya aceptado por las partes se tocarán todos los asuntos que han quedado paralizados o sin desarrollar. El Concello tomó la decisión de rebajar al mínimo los acuerdos con la Xunta sobre todo desde la aprobación del Área Metropolitana con la presidencia por votación en lugar de que recaiga en el alcalde de Vigo. Será uno de los asuntos, el más complejo, ya que se trata de una ley. Más fácil será un compromiso -ya existente en parte- para la construcción de la Ciudad de la Justicia (el ayuntamiento aporta los terrenos) o sobre el transporte metropolitano (Vigo no participa ya que exige un tope presupuestario por escrito) o sobre otros aspectos como el desarrollo de Navia, el Casco Vello (existe un organismo bilateral que funciona) o en cuestión de política aeroportuaria, otro aspecto de choque. El Gobierno gallego mantiene que en la actualidad no aporta ni un euro a ninguna ciudad y el Concello reclama que participe en la financiación de rutas desde Peinador. n
