Son los que llegaron a las asociaciones de padres de alumnos. En cuatro de ellos fue activado el protocolo para prevenir suicidios. Empieza con pellizcos o tortas, pasa a las redes sociales hasta ser permanente. Muchos casos no son detectados pág. 9
n n n La Federación Olívica de asociaciones de padres y madres de centros públicos de la ciudad (Foanpas) recibió el curso pasado notificación de doce casos de acoso escolar en los centros educativos y en cuatro de ellos fue necesario activar el protocolo de suicidios.
Son los casos de los que tuvieron noticias por las familias que denunciaron, pero consideran que en la mayoría de los centros de Primaria pueden darse alguna situación de este tipo en mayor o menor medida cada curso y no siempre se detecta. Foanpas no tiene como misión intervenir, pero escucha a los padres y deriva estos casos al tutor del menor con total discreción. La portavoz de este colectivo, Bertila Fernández, señala que los acosadores suelen actuar cuando no está el profesor delante y que otros compañeros permanecen impasibles al boservar los insultos y vejaciones. Sin embargo, algunos alumnos que ven estas situaciones dan el paso de contarlo a los profesores o a su familia y es así como aflora el acoso. Para Bertila, el acoso escolar es un reflejo de los referentes sociales y de la violencia que abunda en juegos y en películas no aptas para estas edades. Por otro lado, recuerdan que los acosadores suelen ser niños a su vez acosados o con una situación familiar o social endeble, que están mal emocionalmente y que necesitan demostrar que es el más fuerte ante los demás.
Para la Federación de Padres, la solución es “más educación” y “más prevención”. la portavoz subraya que se debe trabajar más la cultura de la paz y de la convivencia. “Fue una pena que suprimiesen la asignatura de Educación para la Ciudadanía poruqe se trabajaban estos valores”, apuntó. También afirma que es importante una mayor comunicación entre padres e hijos (y también entre padres y tutores) para “conocerlos mejor, saber el ambiente en el que se mueven, tener confianza cuando lleguen a la etapa de la adolescencia, enseñarles a gestionar sus emociones y favorecer qeu desarrollen su autoestima”. Por otro lado, advierten que en casos de divorcio o de separación en ocasiones se utiliza a los hijos como arma arrojadiza por egoísmo pero “no dejas de ser padre o madre aunque te separes”, concluye. n
