Once usuarios del Centro de Maiores do Calvario representaron “Entre versos y Marsillach”, tras participar en un taller de teatro organizado por Varela Producciones, la Compañía de Blanca Marsillach y la Obra Social La Caixa
nnn “Mientras se suman años, hay que sumar vida a los años”. Con estas palabras resumió Blanca Marsillach el espíritu del proyecto “Entre versos y Marsillach”, con el que en colaboración con la Obra Social La Caixa, introduce a los mayores en las artes escénicas. Ayer, en el auditorio municipal subieron al escenario once usuarios de O Calvario, para demostrar lo aprendido durante cinco días de curso. Antes de su estreno como actores, recibieron las últimas recomendaciones de la actriz: “Yo siempre guío la lectura del texto con el dedo para no despistarme; hay que ir renglón a renglón y masticar las palabras”.
La actriz Begoña Mencía, Alejandro y Víctor, de la compañía de teatro de Blanca Marsillach, trabajaron el miedo escénico, técnicas para exteriorizar emociones, así como métodos de memoria. “La evolución de estos días se nota sobre todo en el nivel de concentración”, indicó Begoña, durante la presentación de la obra. Con edades comprendidas entre los 65 y los 85 años y sin ninguna experiencia teatral, los primeros sorprendidos en su debut entre bambalinas fueron los propios protagonistas, cuya intención era apuntarse al club de lectura del Centro do Calvario. “Nunca pensé que llegaría a esto, lo cierto es que no me veía, pero los ensayos me han encantado”, reconoce María Lago. Para su compañera Dolores Ballesteros, las dudas iniciales se disiparon con el trabajo realizado. Matilde Veiga se queda con la nueva lectura de los textos: “Nos han acercado a las obras desde distintas posiciones”. Carmen Bouzas, Cristina Montero y Sofía Gómez disfrutaron con cada sesión. Filo Vázquez destacó la actuación de los monitores: “Trataron de conocernos y trabajaron con nosotros individualmente”, opinión que comparte María Luisa Olveira: “Tuvieron muchísima paciencia”. Digna Montero agradeció esta oportunidad y Lourdes Soto aseguró que el esfuerzo y la lucha habían dados sus frutos, “creó que lo haremos bastante bien”. El único hombre del grupo, el andaluz Luis Rosillo, tiró de sentido del humor para valorar el trabajo: “Hicieron un trabajo espléndido otorgando los papeles, a mí me dieron Gerineldo, con un problema de pronunciación.
Actores por un día, ayer, en la noche de la première contaron con el apoyo de Blanca Marsillach y su Compañía; el director xeral de Inclusión Social de la Xunta de Galicia, Arturo Parrado; el director de Área de Negocio de CaixaBank en Vigo, Gonzalo Talegón; la técnica del programa de Personas Mayores de la Obra Social La Caixa, María José Gil. Al estreno solo faltó Rosario Millarenco, que pese a participar en el proyecto, no pudo acudir por asuntos personales.
La de Vigo fue la cuarta representación de este año en una gira que ya ha pasado por 23 ciudades. Recrean una adaptación del homenaje que Adolfo Marsillach hizo al Siglo de Oro español en 1995.n
