El Nuncio Apostólico citó a una reunión al comisario canónigo y le pidió medidas contundentes
nnn El Vaticano ha tenido que intervenir para alejar de una vez por todas cualquier conexión entre la presunta secta creada por Miguel Rosendo y la Iglesia. Según ha podido saber este diario, el representante del Papa en España, el Nuncio Apostólico, Renzo Fratini, llamó directamente al comisario especial de la Diócesis de Tui-Vigo encargado de la Orden de San Miguel tras la destitución de su líder, para una reunión, que tuvo lugar el miércoles en Madrid.
En dicho encuentro, que ni la Nunciatura, ni el Obispado han querido confirmar, el representante del Papa exigió medidas contundentes por parte de la Diócesis, tras criticarla por su lentitud para actuar contra esta secta, informó la SER. Fuentes conocedoras de la reunión corroboraron a este periódico el contenido del encuentro difundido por la emisora de radio y aseguraron que dicha medida será la disolución definitiva de la Orden y Mandato de San Miguel.
A pesar de que el control de los miembros que quedaban al frente de la Diócesis era estricto, las manifestaciones que habrían hecho algunos de estos miembros, así como su comportamiento, han hecho sospechar al comisario canónico que la supuesta desconexión del líder no es absoluta en todos los casos. El periplo de este comisario en Madrid, José Vidal, se completó con otro encuentro, mantenido en la sede de la Conferencia Episcopal, con el Arzobispado de Madrid, lugar donde Miguel Rosendo habría extendido su secta bajo el nombre de La Voz del Serviam.
La Nunciatura Apostólica ha declinado dar cualquier tipo de información sobre este asunto, sin embargo, los afectados y familiares aseguraron el miércoles haber obtenido su apoyo, que se materializó con una intervención directa en la Diócesis de Tui-Vigo.
El ingreso en prisión de Miguel Rosendo hace unos días por orden judicial ha precipitado los acontecimientos alrededor de la presunta secta y sus todavía seguidores. Hay que recordar que la destitución de Rosendo al frente de la orden creada por él supuso por un lado la marcha de la mayoría de miembros y por otra la división entre los que decidieron quedarse. Un grupo de unos 27 exploradores y cuatro “miguelianas consagradas” que trabajan en una residencia de ancianos de Bustarviejo, quedaron al mando del comisario canónico de la Diócesis, mientras que otro grupo de unas treinta personas se trasladó a Madrid para seguir a Rosendo. Ese último grupo se dividió en dos sedes, la casa del propio fundador en Collado-Villalba y la de San Lorenzo de El Escorial, que fue desalojada esta semana. Esa supuesta disolución no convenció ni a los familiares ni a la propia Iglesia, que desconfía de que sólo sea una maniobra legal. Lo mismo ocurre con las “miguelianas consagradas” de la residencia. Pese a haber asegurado estar a las órdenes de José Vidal, sus comportamientos y manifestaciones habrían creado sospechas.n
