El cura de Coia declara ante el juez que vio a un agente dar un traspiés y caer al suelo
El párroco del Cristo de la Victoria de Coia, Emilio Suárez, comparecido como testigo en el Juzgado de Instrucción 4 de Vigo en la causa abierta contra un vecino de la parroquia acusado de haber golpeado a un agente de policía durante las protestas por la ubicación del Bernardo Alfageme. El sacerdote testificado a favor de Diego Lores acusado de golpear a un policía durante una protesta y que se enfrenta a penas que oscilan entre los dos y los cinco años de prisión.
En su declaración afirmó que, durante la protesta del 15 de diciembre, Diego L. intercedió entre los manifestantes y la policía para "abrir diálogo y tranquilidad", sin golpear a ninguno de los agentes. Mientras se producía la declaración, en el exterior miembros de la Asamblea Aberta de Coia se manifestaban para apoyar a su compañero. Los asistentes mostraron una pancarta con el lema "Xusticia social. Nin cartos na rotonda nin estado policial" y corearon diversas consignas denunciando "la violencia" de los cuerpos de seguridad y acusando directamente a Abel Caballero de la tensa situación con los vecinos. La abogada de la Asamblea Aberta de Coia, Esther Lora, explicó que el miembro de la Policía Local supuestamente agredido permanece de baja desde el día en que ocurrieron los hechos, por una fisura en la muñeca. El perjudicado asegura que esta lesión es consecuencia de un zarandeo y un empujón que provocó que se cayese al suelo.
Sin embargo, el párroco Emilio Suárez aseguró minutos antes de su comparecencia ante el juez, que acompañó a Diego durante la protesta para intentar "tranquilizar el asunto" y "abrir diálogo y tranquilidad" entre los allí presentes. Suárez vio cómo un agente se dio "un traspié" y se golpeó contra el suelo al tiempo que uno de sus compañeros "tenía cogido del brazo" a otro individuo del que desconoce su identidad y que huyó corriendo. n
