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Día de playa para vigueses y sus perros

La protesta realizada ayer por vecinos de Coruxo y asociaciones ecologistas.
photo_camera La protesta realizada ayer por vecinos de Coruxo y asociaciones ecologistas.

El arenal canino de A Calzoa se estrena con división de opiniones por posibles molestias mediambientales

 La jornada de calor vivida ayer, domingo, la primera del verano, supuso el debut oficial de los arenales de Vigo, que registraron un lleno total. Un día después de la entrada en funcionamiento de los servicios de socorrismo y emergencia, los vigueses tomaron las playas, buscando un lugar para refrescarse de los rigores de estas altas temperaturas. La jornada de hoy, según las previsiones de Meteogalicia, podría hacer saltar de nuevo el termómetro, que ayer alcanzó la temperatura máxima de lo que ve de mes, con 28 grados, aunque no del año, con más de 29 en abril y mayo. Para este lunes, todo indica que podrían superarse los 30 grados de temperatura, por lo que de nuevo estaríamos ante imágenes de lleno en las playas. La agencia meteorológica gallega pronostica 32 grados hoy y no bajar de 30 grados hasta el próximo lunes, ya en verano oficial.

PERROS EN CALZOA
Refrescarse junto al mar no fue solo cosa de humanos. Ayer también se abría oficialmente la temporada de verano para la playa canina que el Ayuntamiento ha delimitado en el lugar de A Foz y A Calzoa (conocida popularmente como la 'playa de la sirenita').
Esta medida no ha gustado nada a los vecinos de este lugar de la parroquia de Coruxo, que cuentan también con el apoyo de los ecologistas, como la Asociación Fontaíña y el Colectivo Matogueira e Verdegaia. Al mediodía, sobre las 12 horas, un centenar de personas protagonizó una concentración, con corte de tráfico, para protestar por esta ubicación y reclamar otro lugar para que los canes puedan disfrutar con sus dueños de los arenales. La razón de esta oposición hay que encontrarla en cuestiones medioambientales. Los convocantes recuerdan que esta zona aparece en el Hábitat Natural de Interese Comunitaria “Dunas móbiles do litoral con Ammophila arenaria” (dunas blancas). Se trata de un espacio en el que no solo se localiza una de las pocas dunas que quedan aún en Vigo —con un tramo abierto por ser lugar tradicional para varar las embarcaciones típicas conocidas como 'gamelas coruxeiras'—, sino también es el lugar donde se alimentan numerosas aves limícolas que anidan o descansan de sus migraciones en el río Lagares y por donde pasan otros vertebrados como la nutria.
“No estamos en contra de los perros. Solo pedimos al Ayuntamiento que busque otra ubicación”, recuerda Ana Prado, bióloga y vecina de la zona.
Prado explica que la sola presencia de los perros espanta a las aves y que los animales no entienden de acotaciones, por lo que es fácil que se adentren en las dunas, corran hacia el Lagares o vayan hacia la otra punta del arenal, utilizado tradicionalmente como una playa de tipo familiar.
La situación, reconoce, está comenzando a amenazar la convivencia en la zona y, de hecho, ya se ha registrado algún enfrentamiento entre algunos dueños de perros y los vecinos. “Los más perjudicados son los que tienen sus casas en el camino de acceso, que soportan los orines de los animales, desperfectos en sus jardines y las molestias de los servicios nocturnos de limpieza”. “Hay personas que por el hecho de ser declarado este espacio como playa canina consideran que ya tienen carta blanca para hacer lo que quieran”, añadió.
El biólogo Diego Rodríguez, de la Asociación Fontaíña, afirma que “este es el peor sitio que se podría haber escogido” y, aunque no quieren ofrecer ninguna alternativa, pues “es competencia del Ayuntamiento”, señala que hay otros lugares sin valor ecológico donde situar la playa canina, como podría ser el arenal de Mirambel.
De momento, llevan recogidas ya más de mil firmas para solicitar al Ayuntamiento que replantee esta decisión. 

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