El Coruxo actuó como una acogedora víctima

nnn El Coruxo Club de Fútbol tiene dos hogares: el campo de O Vao y los campos de Fragoselo. En los dos escenarios fue actor principal en la aciaga tarde-noche del domingo: en el primero activo, al abrir las puertas del recinto para acoger a los vecinos que eran evacuados de sus casas; en el segundo pasivo, al ver cómo el fuego atacaba las instalaciones. Lejos de asumir ese papel de víctima, prefirió ser parte de la solución.
Tras el partido agónico, por el humo y el calor reinante, que lo enfrentó al Guijuelo, y tras acompañar al equipo visitante y a los árbitros en su salida para no caer en la trampa de la A-52, el club decidió abrir las puertas del campo de O Vao a los vecinos. Decenas de ellos pasaron la noche y el arranque de la madrugada allí, compartiendo hasta bien entrada la madrugada la incertidumbre de no sabe qué pasaría con sus hogares.
El club también trató de llegar al suyo de Fragoselo entonces. No fue posible. Sí lo fue en la mañana de ayer. Un coche del club , la cabina de taquillas, redes alrededor del campo y de alguna portería... Todo calcinado. Como todo el camino desde O Vao. Pero el pequeño milagro del terreno de juego casi intacto tras saltar las llamas de un lado a otro llevado por el viento.
Lo peor, que el tendido eléctrico quedó inutilizado y la falta de luz impedirá entrenar allí varios días. Los equipos trabajarán en O Vao y en campos que otros clubes están ofreciendo.n