La empresa británica Intu considera Porto Cabral "el plan estratégico para 30 años"
Las grandes superficies instaladas en A Coruña y Oporto se han convertido en un imán para los compradores de Vigo y su área. Ambas ciudades reciben cada año a cerca de un millón de compradores llegados desde las Rías Baixas, a un ritmo de 150.000 personas con una media de seis visitas anuales a cada una de estas poblaciones, situadas equidistantes desde la mayor urbe gallega. Todo ello ocurriría por la falta de una oferta adecuada en Vigo que lleva al "éxodo" a cientos de miles de compradores, según las cifras que tras consultar con expertos maneja la empresa Intu, que ahora lidera en lugar de Eurofund la instalación de Porto Cabral, y que han realizado estudios sobre el impacto de su implantación. Como es conocido, se trata de una propuesta comercial y de ocio que incluye 600 millones de euros de inversión privada y la creación de unos 4.000 puestos de trabajo. Su desarrollo depende de que haya base urbanística: el Plan General de 2008 la proporcionaba. Sin embargo, Intu cree que hay otras vías: una modificación puntual del Plan de 1993, en vigor, o la declaración de proyecto sectorial supramunicipal, que lo gestionaría la Xunta.
En todo caso, Intu, la mayor empresa de centros comerciales del Reino Unido (21 centros, con 400 millones de clientes al año) reafirmó su interés por este proyecto, que el consejero Salvador Arenere definió como "un plan estratégico de Vigo para los próximos 30 años" por el impacto y el retorno socioeconómico que tendrá en la ciudad y su área y no sólo por la inversión y puestos de trabajo, sino por la capacidad de evitar el "exilio" de consumidores y al contrario, atraer a millones. Su centro gemelo en Zaragoza, Puerto Venecia, lleva cada año 19 millones de visitantes y ya es el primer atractivo de Aragón. En Vigo, Intu espera incluso mejorar dichas cifras por la situación de la ciudad en el centro de una Eurorregión de siete millones habitantes. Según sus cálculos, el "imán" alcanza a personas a más de hora y media.
Arenere explicó la propuesta a empresarios, representantes de asociaciones comerciales y de la Comunidad de Montes de Cabral en el Círculo de Empresarios de Galicia. Advirtió de que construir un centro comercial clásico sería un absurdo ante el empuje del comercio electrónico, que estaba cerrando "malls" en EEUU. Cree que la única respuesta es un nuevo concepto de ocio y comercio, que "será un plan estratégico de Vigo para los próximos 30 años, una locomotora", y equiparó el impacto de Porto Cabral al que tuvo Citroën, que no sólo dio empleo, sino que despegó la ciudad. Sólo en licencias, supondría 25 millones de euros para el Concello.
Asimismo, mantiene que la iniciativa tiene "respaldo político y social" y que "siempre hay solución", y están dispuestos a plantear "todas las vías" posibles para poder desarrollar el proyecto.
