Un ritmo de tres bodas cada sábado ha convertido al pazo en uno de los espacios preferidos para casarse en Vigo
nnn En el parque de Castrelos los novios esperan turno para casarse: tres ceremonias cada sábado por la mañana por riguroso orden de convocatoria previa, en teoría con espacio suficiente para que una boda no se superponga a la siguiente. En teoría, porque no siempre es así: a menudo los recién casados se demoran haciéndose fotos, los invitados de la ceremonia finalizada se quedan en el pazo y mientras tanto comienzan a llegar los siguientes protagonistas. Castrelos, según los datos municipales, mantiene un ritmo próximo a 200 bodas anuales, oficiadas en buena parte por el alcalde, aunque no ayer, donde la concejala de Urbanismo, María José Caride, leyó las breves disposiciones legales dentro del pazo y casó a la pareja. Los contrayentes pueden elegir edil, pero en la mayoría de los casos no lo hacen.
Mientras la cifra de matrimonios cae año tras año en Vigo -ya no llegan al millar- y las ceremonias religiosas son cada vez menos, apenas el 40 por ciento del total, Castrelos se mantiene. En 2015, las bodas municipales superaron las 230: un total de 188 en el pazo, y otras 47 en el edificio municipal de Areal y una más en un lugar tan insólito como la sala de prensa del Concello, en la planta nueve. En 2016, cifras similares: 183 parejas se dijeron el "sí quiero" en Castrelos y otras 20 en el edificio de Areal -que ha sido casi todo, Gobierno militar, Alcaldía, Banco de España y Rectorado- y dos más en la sala de las ruedas de prensa. En 2017, la tendencia ha caído algo: en enero y febrero se han oficiado un total 13, aunque el grueso llega en verano, cuando hay hasta cuatro bodas al día. n
