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“El Campus nos acogió bien, es un orgullo ser graduado senior”

La Escuela de Empresariales acoge hoy el acto de graduación del Programa de Mayores

nnn Descargan apuntes, hacen trabajos en el ordenador hasta tarde en casa, suben al Campus de Vigo en coche compartido o en la lanzadera, quedan con los amigos en la cafetería de Aída en la Escuela de Empresariales para hablar de sus cosas. Son los alumnos senior de la Universidad de Vigo, que tras la jubilación encontraron en los libros un placer inesperado o más bien una segunda juventud. Solo les falta irse de erasmus y es además una ilusión a la que no renuncian. Guillermo Araújo, Benigno Tomé, Chus Rodríguez, Guillermo García y José Cebro son cinco de los alumnos que esta tarde  se gradúan como titulados superiores senior de las Aulas de Formación Aberta en el Campus de Vigo. En el acto, que se celebra a la siete de esta tarde en el salón de actos de la Escuela de Estudios Empresariales de Torrecedeira, participarán amigos y familiares, entre ellos los hijos que durante los dos últimos años les animaban a aprobar la asignaturas y los nietos que les retaban a sacar mejores notas que ellos. “Si suspendiésemos tampoco nos íbamos a quedar sin postre ni nos iban a castigar, pero nadie quiere suspender por el ego, por orgullo, no quieres quedar mal”, comenta Benigno. Todos ellos cursaron el primer ciclo, de tres años, en Torrecedeira, y posteriormente  se matricularon en el Campus para ser graduados superiores, otros dos años esta vez mezclados en las aulas con los alumnos jóvenes. Se gradúan, pero siguen estudiando materias sueltas porque “nos gusta”.
“Yo me apunté porque me jubilaba y tenía ganas de hacer una actividad y segundo por la relación social”, comenta Guillermo García, un perito industrial que trabajó durante 44 años. Reconoce que lo más le costó fue el salto al Campus: “en Torrecedeira compartías clase con gente más o menos de tu edad y estaba cerca de casa. No sabía cómo me iban a recibir los alumnos más jóvenes, pero lo hice y fue precioso”. Chus explica a su vez que “no quería quedarme parada como ‘señora de’ y estaba acostumbrada a hablar con gente en el trabajo. Quería conocer a otra gente y aprender cosas que no sabía”. Guillermo Araújo destaca que “es importante rodearse de gente joven, te estimula y no coges ideas de persona mayor. Aquí nunca te aburres, no te llega el tiempo. Es una experiencia buenísima. Yo había tenido que dejar los estudios por un accidente y aquí pude completar mi formación”.  José Cebro señala que el salto generacional cuesta un poco, pero que ahora tiene nuevos amigos y compañeros que ve en clase y fuera de la Universidad, y con los que lo pasa bien.
 

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