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Los "años de plomo", al detalle

Jessica Fernández (segunda, la dcha.) de la Universidad de Vigo, autora del trabajo sobre ETA.
photo_camera Jessica Fernández (segunda, la dcha.) de la Universidad de Vigo, autora del trabajo sobre ETA.

Los "años de plomo", con los atentados más cruentos de ETA, estuvieron marcados por baja trascendencia mediática del terrorismo, concluye la investigadora Jessica Fernández tras analizar 1.300 noticias sobre la banda.

En la década de 1980, este tratamiento informativo se sustentaban en un esquema "atentado-noticia, que no ahondaba ni en el contexto ni en el suceso en sí con la amplitud que el tema podía requerir", explica Fernández, que apunta al asesinato de Miguel Ángel Blanco, en 1997, y la reacción social que provocó como punto de inflexión para un cambio de enfoque. "Se puede afirmar que fue la actitud activa de la sociedad en la lucha contra el terrorismo a que logra cambiar las rutinas en la prensa", destaca esta investigadora de la Universidad de Vigo, que en su tesis de doctorado en Comunicación analizó las informaciones publicadas entre 1978 y 2009 por los periódicos Él País y ABC sobre la banda armada y sus atentados contra la Guarda Civil. Un estudio que le permitió constatar también que no se realizó una diferenciación "entre el discurso nacionalista y las demandas de la banda", dando lugar a "una posible desinformación o manipulación informativa que puede llevar a identificar cómo sinónimos ambos conceptos".
Siguiendo una metodología basada en la teoría del framing, que tiene en cuenta el contexto histórico de cada noticia para "identificar las razones porque se publican ciertas informaciones y se silencian otras", Fernández Vázquez estudió para su tesis "La crisis de él periodismo en la España Democrática: tratamiento mediático del terrorismo de ETA contra la Guardia Civil en ABC y Él País en el período 1978-2009", dirigida por el profesor de la Facultad de Ciencias Sociales y de la Comunicación Daniel Martí, un total de 1.294 piezas informativas y 783 imágenes publicadas por estos dos periódicos entre el año de aprobación de la Constitución y aquel en el que se produce el último atentado contra el Instituto Armado, a lo que pertenecían 207 de las 829 personas asesinadas por la banda. 
"Los medios de comunicación no construyeron la opinión pública ni condicionaron la respuesta social ante el terrorismo", sostiene Fernández tras constatar la evolución del tratamiento informativo del terrorismo en estos dos diarios, que mostraron, explica, una línea coincidente que "tiende a homogeneizar el tratamiento informativo del fenómeno", incluso en el momento en el que se produce ese cambio de enfoque. Cambio que permite hablar de "dos períodos diferenciados", de 1978 a 1998, caracterizado por una "actitud pasiva" y desde este año en adelante, que responde ya a ese encuadre de "lucha activa", en la que pasan a hacerse eco también de las movilizaciones ciudadanas contra el terrorismo. Del mismo modo, los etarras comienzan a ser protagonistas de las imágenes, "especialmente de aquellas que se publican para facilitar su captura" y en este según período tanto las movilizaciones, como los homenajes las víctimas, comienzan la cobrar especial protagonismo. 

"La postura informativa se hizo más crítica"

 Aunque el esquema de "acción etarra-reacción mediática" se reproduce el largo de todo el período analizado, la investigadora señala que a partir de 1990, "la calidad informativa fue en aumento" y las noticias comienzan a reflejar en mayor medida "el clima de crispación social ante el terrorismo y una postura informativa más crítica". 
El terrorismo fue abordado desde un punto de vista "netamente informativo" en los dos medios, en los que "se reproduce constantemente el discurso gubernamental y no se da cuenta de otros discursos sociales", señala la investigadora, que alude también a una falta de diferenciación entre los discursos de los nacionalistas vascos y de los terroristas. "El mensaje que se transmitía puede considerarse erróneo, ya que más que crear una actitud contraria al terrorismo se fomentaba una especie de xenofobia cara Euskadi en general", señala. 
Además de los "discursos alternativos", tampoco la propia Guardia Civil como colectivo afectado tiene voz", señala Fernández.  Por el contrario, el análisis realizado constató también el "enfoque respetuoso" con las víctimas y la ausencia de un tratamiento sensacionalista a pesar de que estas son, en la mayor parte de los casos, las protagonistas de las noticias analizadas. Del mismo modo, la reivindicación de los atentados por parte de ETA tampoco tuvo cabida en los medios analizados, "que evitan caer en la difusión de la propaganda política de la banda". 
La investigación se completa con la propuesta de una serie de medidas para un adecuado tratamiento mediático del terrorismo. Fernández señala que las víctimas deben ser el punto de partida de la información y tener voz, pero también que hace falta reducir la reproducción de escenas dramáticas, morbosas o estereotipadas, al tiempo que "la noticia no puede estar dirigida por la espectacularidad del suceso". La investigadora subraya que la noticia debe enfocarse desde la lucha contra el terrorismo "y no desde el miedo". n

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