El velero escuela “Kruzenshtern” pasó poco más de 24 horas en el muelle vigués
n n n Con más de 114 metros de eslora, el buque escuela ruso “Kruzenshtern” abrió sus puertas a los vigueses. Entre el sábado por la tarde (el temporal retrasó su llegada) y ayer recibió unos 4.000 visitantes que disfrutaron de un paseo por la cubierta, bajo la vigilancia de varios cadetes, que accedían a hacerse ‘selfies’ y ofrecían indicaciones con escaso dominio del inglés. El buen tiempo animó la afluencia, principalmente por la tarde, llegando a producirse colas para acceder al barco a través de una arco de seguridad. Los timones, las boyas o las anclas fueron los principales atractivos de un velero con cuatro mástiles, el segundo de mayor tamaño, que la Armada rusa convirtió en buque escuela, el tercero de mayores dimensiones en el mundo. Pero fue la capilla de culto ortodoxo la que despertó mayor interés. Una pequeña estancia, en cubierta, alberga los iconos en marcos dorados que recuerdan la estética bizantina. Antes de abandonar la nave, muchos pasaron por la tienda de merchandising, con las camisetas y las viseras.
Ayer, a las 18 horas, levó anclas, siete años después de su última visita al puerto vigués. Continuará su travesía de dos meses que dura la formación de los 120 cadetes, que viajan acompañados por 60 tripulantes. Muchos de ellos, entre los 18 y 20 años,se dejaron ver por Vigo.n
