El convenio de Abrir Vigo al Mar, de 1992, fijó el reparto de obligaciones, siendo del Concello el mantenimiento de la zona, sin especificar. La reforma de Vázquez Consuegra, premiada internacionalmente, finalizó en 1998
En 1992, Carlos Príncipe, alcalde entonces, y Elena Espinosa, hoy vocal en Zona Franca y antes ministra y en ese momento presidenta del Puerto vigués, firmaron el convenio de Abrir Vigo al Mar con el Consorcio Zona Franca que contempla de forma expresa que durante 50 años el ayuntamiento se comprometía al mantenimiento de toda la zona "en perfecto estado de conservación, con sus propios medios o bien con la oportuna contratación de obras y servicios". El acuerdo fue firmado y validado pero no ha dejado de resultar fuente de problemas por la interpretación de lo que es mantenimiento del entorno o la realización de obras estructurales, que le correspondería al Puerto. En 1998 el convenio se amplió con la recepción de los jardines, túnel y paseo marítimo. Para el Concello las nuevas zonas son portuarias y por tanto no le corresponde en ningún casos su conservación, incluido el paseo marítimo, que fija en la zona náutico-pesquera. Ni siquiera el paseo duro, ante los jardines de las Avenidas, lo asume el Concello como obligación debido al paso de camiones. El consistorio alega que no está delimitada el área que le toca cuidar y por tanto, es portuaria. Para el Puerto, es una zona de integración con la ciudad, incluida dentro del convenio y no hay vuelta atrás. Recientemente la Autoridad Portuaria contestaba a una vecina que protestaba por el paseo ante A Laxe que se trata de una competencia municipal. Han pasado 20 años y no hay acuerdo sobre qué le toca pagar a cada parte.
El paseo y la mayor parte de Abrir Vigo al Mar fue un diseño afortunado de Guillermo Vázquez Consuegra, que a resultas ganó el Nacional de Arquitectura y otros internacionales como ejemplo de transformación urbana. En este mismo plan, pagado por Zona Franca en su mayoría, se incluyó el túnel de las Avenidas, hoy imprescindible, y el centro comercial A Laxe, con su pasarela peatonal, que comunica de forma eficaz con el Casco Vello. Incluso el edificio de la Xunta y plaza de la Estrella se integró en el programa urbanístico.
Príncipe, hoy retirado de la política y pediatra en Teis, señalaba que le parecía muy grave que en una fiesta organizada por el Concello en un espacio público "que el ayuntamiento debió haber supervisado y donde ha pagado conciertos y eventos se haya puesto en riesgo la seguridad de cientos de personas". "Me temo que ha faltado previsión y cumplir las normas de espectáculos públicos y en una ciudad normal, si llega a ser el tren chu-chu, el dueño del tren estaría ya ante el juez. Veo al Puerto y el Concello dispuestos a echarle la culpa a cualquiera”, señalaba. Sobre el convenio de Abrir Vigo al Mar, que firmó, señaló que fue un acierto absoluto: "Había prostitución, convertí una zona degradada en otra de éxito, pero han pasado 25 años, y ya se pudieron preocupar por mejorar la zona”, sentenció.
