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Portugal halla cerca de Galicia un navío hundido en el siglo XVI

Uno de los buzos que conforman el grupo de arqueólogos portugueses que localizó el navío.
photo_camera Uno de los buzos que conforman el grupo de arqueólogos portugueses que localizó el navío.

La zona, en el municipio de Esposende, es uno de los más importantes sitios arqueológicos del país

Un grupo de arqueólogos portugueses localizó en aguas cercanas a Galicia un navío naufragado en el siglo XVI cuyo misterioso origen tratan ahora de descifrar a partir de centenares de piezas y objetos rescatados de las profundidades. Su datación del siglo XVI es una de las escasas certezas en torno a la embarcación, prácticamente intacta y que probablemente tiene origen ibérico, según los investigadores.


El navío ha sido descubierto cerca de la playa de Belinho, en el norteño municipio de Esposende, a apenas 100 kilómetros de Galicia, y ya es considerado como "uno de los más importantes sitios arqueológicos sumergidos localizados hasta ahora en Portugal". Así lo asegura la arqueóloga del Ayuntamiento de Esposende Ana Paula Almeida, quien forma parte del equipo que ha podido dar con la localización exacta del pecio tras encontrar cuatro cañones -dos de hierro y dos de bronce- y una ancla.


"Los datos apuntan a que se trata de un naufragio ocurrido en la segunda mitad del siglo XVI, de un navío probablemente construido en la península ibérica y que retornaba del norte de Europa", apunta Filipe Castro, el arqueólogo de la Universidad de Texas A&M (EEUU), que colabora en la investigación. A ellos se une también Alexandre Monteiro, del Instituto de Arqueología y Paleociencias de la Universidad Nova de Lisboa, la tercera parte que trata de arrojar luz sobre los misterios del pecio.

Completo yacimiento
Por el momento, los datos disponibles convierten a este sitio arqueológico "en uno de los más completos de su clase encontrado a nivel mundial", además de "uno de los descubrimientos arqueológicos subacuáticos más importantes realizados en Portugal", añade Almeida. El hecho de que no haya sufrido a priori saqueos por parte de cazadores de tesoros y que se encuentre protegido por una capa de sedimentos es de gran importancia, agregan los expertos, dada la cantidad de información que puede ser ahora recogida.


Según Monteiro, "el potencial que este navío encierra es único, ya que no hay ningún otro sitio arqueológico, en tierra o sumergido, del que hayan sido recuperados tantos platos" del siglo XVI.


La información recogida, teniendo en cuenta las dimensiones de las embarcaciones de la época, apunta a que se trata de un navío de entre 20 y 25 metros de eslora, con compartimentos centrales que medían entre 2 y 2,5 metros de ancho.


La investigación llamó ya la atención de la comunidad arqueológica internacional, atrayendo el interés de las revistas de divulgación arqueológicas extranjeras, en tanto que se preparan varios artículos académicos sobre este hallazgo. El punto central de las pesquisas pasa ahora por recuperar dos cañones de bronce y dos objetos que se encuentran visibles en las profundidades, para desincentivar así el pillaje en el lugar.


Filipe Castro subraya que "la implicación de la comunidad es la mejor solución" y apunta que "si las personas viesen el patrimonio como suyo se volvería más difícil que hubiese pillaje y venta de hallazgos arqueológicos".

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