la crisis del psoe

Un PSOE fracturado acuerda favorecer la investidura de Rajoy

José Blanco, en el centro, fue el encargado de presidir la reunión.
photo_camera José Blanco, en el centro, fue el encargado de presidir la reunión.

El Comité Federal tomó, por mayoría, la decisión de abstenerse en la segunda votación y evitar así las terceras elecciones

nnn El comité federal del PSOE, en medio de una fuerte división interna, tomó ayer la decisión histórica de facilitar la investidura de Mariano Rajoy con la abstención, lo que puede poner fin a diez meses de bloqueo en la formación de gobierno. Será la primera vez en democracia que los socialistas entreguen, de forma pasiva, el gobierno al PP, después de que los partidarios de la abstención hayan enterrado el "no es no" que Pedro Sánchez abanderó hasta que tuvo que dimitir hace tres semanas.
Con una mayoría bastante holgada -139 votos frente a 96-, abanderada por Andalucía, Extremadura, Castilla-La Mancha y Aragón, el comité federal acordó pronunciarse en contra de Rajoy en la primera votación y abstenerse en la segunda, tras un intenso debate de cuatro horas que dejó patente la fractura del partido.
El presidente de la gestora, Javier Fernández, rechazó que haya una abstención mínima de once diputados, los suficientes para investir a Rajoy, postura compartida por la andaluza Susana Díaz. Fernández consideró que es "algo imperativo" que los 84 diputados socialistas, incluidos los del Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC), acaten el mandato del máximo órgano. Su plan es tratar de persuadir al PSC y a otros diputados remisos de que vean que la abstención es lo mejor para todos "de corazón", también para los socialistas catalanes, porque no es "algo vergonzante", ni supone apoyar al PP.

decisión del Psc
El acuerdo del comité complica mucho las relaciones con el PSC, que insiste en su órdago de no dejar que gobierne el PP, lo que pretende ratificar mañana martes en su Consell Nacional. Su líder, Miquel Iceta, ha rogado a Fernández que la gestión que se haga de la abstención sea "sensible, inteligente y comprensiva" con la posición política de los socialistas en Cataluña, porque quiere seguir "caminando juntos".
Los otros dirigentes "sanchistas" que defendieron el no hasta el final han convenido con Iceta en reclamar a la gestora que administre con "inteligencia" la traslación al grupo de la decisión del máximo órgano con el fin de no ahondar más en el cisma interno. El riojano César Luena, la madrileña Sara Hernández o el castellanoleonés Luis Tudanca confiaron en que no se obligue a votar en bloque la abstención, aunque no concretaron ninguna fórmula alternativa. Sí han aportado una vía para no dividir más el grupo el exministro Josep Borrell y José Antonio Pérez Tapias, proclives a que los diputados puedan "votar en conciencia".
De los presidentes autonómicos partidarios del desbloqueo y descontando a Fernández, solo intervinieron Díaz y el extremeño Guillermo Fernández Vara, puesto que los que gobiernan gracias a acuerdos con Podemos prefirieron  guardar silencio. Díaz, que no pronunció la palabra abstención, se mostró convencida de que el PSC será obediente. También llamó a los socialistas a preservar la "unidad" para mantener un partido mayoritario, porque de no plantar a cara a Podemos, el PSOE terminará como "una Izquierda Unida grande".

sánchez, vía twitter
El exlíder del PSOE Pedro Sánchez no acudió a la reunión, a pesar de tener voz en el Comité Federal como sus antecesores, pero nada más acabar la reunión escribió  un mensaje en Twitter en el que da a entender que no tira la toalla. "Pronto llegará el momento en que la militancia recupere y reconstruya su PSOE. Un PSOE autónomo, alejado del PP, donde la base decida. Fuerza", proclamó el impulsor del "no es no".
El que fue su principal escudero, el portavoz en el Congreso, Antonio Hernando, consumó su giro a la abstención, si bien no pudo estar en la votación al tener que acudir a la boda de su hermana, donde era el padrino. 
Aunque la división marcó todo el comité, los socialistas fueron capaces al menos de recuperar las formas y debatir a puerta cerrada de forma más sosegada a como hace tres semanas, cuando los reproches llegaron a convertirse, incluso, en gritos y llantos. Fernández valoró que tras lo "bochornoso" de aquel encuentro, la discusión discurriera ayer con "dureza, pero con respeto".
La reunión comenzó con la elección del exministro José Blanco como presidente de la mesa del Comité Federal y de las otras dos vocales, Carmen Madrid y Mariola López, aunque los "sanchistas" se quejaron de que no hubiera consenso. Con mano de hierro, Blanco dirigió el debate, que acotó a unas tres horas y media con intervenciones que no fueran más allá de los cinco minutos.
La diferencia entre el comité de ayer y el de hace tres semanas se notó también fuera de la sede de la calle Ferraz, donde no se repitió el ambiente cargado de hace tres semanas, cuando cientos de personas se manifestaron durante horas y horas en medio de un profundo malestar. n

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